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LA FILOSOFÍA Y LA PEDAGOGÍA DE JOHN LOCKE


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2013  •  2.937 Palabras (12 Páginas)  •  2.083 Visitas

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LA FILOSOFÍA Y LA PEDAGOGÍA DE JOHN LOCKE

Tener una idea significa percibirla, es decir, ser consciente de ella.

John Locke redacta varios trabajos tratando de entender la conducta del intelecto, es decir, explica como las personas crean las ideas simples que proceden de la experiencia ya sea de la sensación o reflexión y, como éstas a su vez se relacionan y generan las ideas complejas y generales que se producen de manera activa en el intelecto.

Lo anterior, tendrá como consecuencia para los docentes crear ambientes de aprendizajes que generen en los alumnos múltiples experiencias que desencadenen infinidad de ideas con carácter activo provocando ideas complejas, relaciones e ideas generales sobre los contenidos que deseen enseñar, para provocar conocimientos intuitivos (rápida solución) o demostrativos (que necesiten pruebas para su solución) que serán aprobados probablemente por juicios o por métodos según sea el caso.

En el documento se redacta un apartado titulado liberalismo político y tolerancia religiosa, que me dejó impresionado por que sería el ideal por el cual se crearon las leyes, el Estado como orden político y el respeto a las órdenes religiosas, ubicando a cada instancia en su actividad; parecido a una utopía en nuestra realidad.

“la vida sin utopías es irrespirable…

El mundo necesita un delirio renovado,,,”

El pensamiento pedagógico de Locke me pareció interesante citarlo “aboga por una educación apta para formar un caballero capaz de ser útil a sí mismo y a su patria en un clima de ordenada libertad y audaz iniciativa” (Abbagnano 2009, p. 342). Basado en la educación física, intelectual y moral. Aunque considero que Locke presenta unos métodos muy rígidos para controlar el cuerpo y las pasiones para someterlo a la razón apoyo sus ideas sobre la moral, en el sentido de obligar al niño a adquirir buenas costumbres por que no tiene una personalidad ni autonomía establecida, forjando un autodominio. (Contrario a la realidad donde la mayoría de los niños tratan de forjar su personalidad y autoridad desde bebés creándoles serios conflictos sociales). De esa forma evitando las penas corporales, debido que éstas enseñan a someterse a la violencia antes que a la razón.

En la educación intelectual, apoya formar un intelecto ágil y capaz de enfrentarse a los problemas reales de la vida individual y asociada, capaz de autonomía de juicio; mismos principios que persigue la educación básica actual, surgiendo la siguiente pregunta ¿qué necesitamos hacer para lograr formar alumnos autónomos con juicios críticos? ¿Necesitaremos emplear los métodos plateados por Locke?, es decir, el juego para que los niños disfruten el estudio, que este sea natural, placentero y apto para satisfacer la curiosidad natural y sus intereses, con una utilidad real y capacidad formativa de las nociones enseñadas. Donde se empieza por materias fáciles, y cada quien estudia lo que le interesa desde ciencias exactas, sociales, idiomas hasta oficios para cubrir las necesidades de los educandos, pero recordemos que necesita haber reglas ya que no debemos olvidar el proyecto de Summerhill donde se planteó algo similar y sus resultados fueron negativos debido a que los niños no estaban preparados para tomar decisiones de vida y la mayoría fracasaron. Pero si creo que debería haber mayor apertura de asignaturas, artes, deportes, oficios en las escuelas públicas ya que limitamos demasiado a nuestros alumnos a un currículo muy superficial observado desde mi percepción que ofrece pocas oportunidades de crecer y de ser diferentes.

Locke, en pedagogía ocupa un lugar especial y sobresaliente que le presta personalidad propia. En ella se destaca más por sus ideas filosóficas relativas al conocimiento, por su concepción psicológica y moral. En este sentido, más que un empirista es, como hemos visto, un moralista, es decir, que da más importancia en la educación a la conducta y a la ética que a la inteligencia y al conocimiento” .

Ejerció gran influencia en el pensamiento de Rousseau y a través de él en toda la pedagogía moderna. En relación a su influencia en la pedagogía de la época, se lo ubica dentro de la Pedagogía Realista, representada por Ratke , Comenio y Locke. Esta pedagogía trata de sustituir el conocimiento verbalista anterior por el de las cosas o mejor por el de sus representaciones. Aspira a crear una nueva didáctica, dando normas para el empleo del método en la educación conforme a ciertas reglas. Asimismo atiende a la individualidad del educando con más insistencia que las épocas anteriores.

En el orden moral y social cultiva el espíritu de tolerancia, de respeto a la personalidad y la fraternidad entre los hombres.

Entre sus ideas, las que sirven a nuestro tiempo actual, es aquella que “se refiere a la educación de la individualidad, de la personalidad humana. En este sentido Locke es uno de los primeros que concibe a la educación en forma total, integral, atendiendo por igual a la vida física que a la intelectual y moral.

Aunque la preocupación por la educación física comienza en el Renacimiento, luego de que se había perdido en la Edad Media, Locke es el primero que le da la importancia que se merece”.

No está de más decir que este pensador marcó un momento importante en el cambio del pensamiento filosófico, social y educativo de Occidente.

John Locke filosofía y pedagogía

Su vida, su obra y pensamiento

Al finalizar el siglo VII, el más grande teórico del Liberalismo político fue el inglés John Locke.

Con sus escritos llamó la atención en el campo de la política. En 1690 se publicaron sus dos Tratados sobre el gobierno (1690). El primero era una refutación del gobierno por derecho divino; el segundo se oponía al Leviatán de Thomas Hobbes, publicado en 1651, el cual defendía el contrato social en el que se concedía la soberanía al Estado. Para éste ultimo, esto era una necesidad, pues de otro modo la anarquía y el propio interés conducirían a una situación de guerra, convirtiendo la vida natural del hombre en “solitaria, pobre, desagradable, bruta corta”.

Locke se opuso a esta opinión y razonó que “el contrato es entre hombres libres y por tanto es a la vez revocable y negociable de nuevo. Los hombres están sujetos, no a los soberanos, sino a las leyes de la naturaleza”. En su obra Ensayo sobre el entendimiento humano (1690), Locke ataca por segunda vez el modo pensar de su tiempo. Aquí se propuso buscar el origen, la certeza y la extensión del conocimiento humano. Su intención era aplicar el método científico de su tiempo al estudio de las operaciones mentales.

“El mismo Bacon no había explorado en profundidad la relación entre las ideas y la experiencia. Fue Locke quien prolongó el empirismo baconiano desarrollando, lo que puede considerarse un precursor de la psicología empírica”. (Bowen, J.)

En 1693 se imprimen las cartas que escribió a su amigo bajo el epígrafe Algunos pensamientos sobre la educación, del cual hablamos más adelante.

John Locke nació en Wrington, cerca de Bristol, el 29 de Agosto de 1632, en el seno de una familia de pequeños nobles rurales, y falleció en 1704. Se educó en la universidad de Oxford. Obtuvo el grado de maestro en artes en el año 1658. También se interesó por la medicina y la política, en la cual comenzó a militar desde los 35 años. Recibió la influencia del pensamiento de John Owen (partidario de una política de tolerancia para con todas las religiones), le llamaron la atención las ideas de Descartes y de Hobbes.

Por su pensamiento debió exiliarse muchos años hasta 1689, año en que se produce la Revolución en Inglaterra, desde allí se lo consideraba como el representante del nuevo régimen liberal. En la segunda mitad del siglo XVIII, Occidente entró en una edad de revoluciones (industrial, social, política), las cuales, según J. Bowen introdujeron cambios importantes en la educación, mereciendo destacarse dos rasgos significativos: Barrionuevo, E.: John Locke (1632-1704). Su vida, su obra y pendamiento Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653). La creciente participación de los gobiernos en la ayuda a la educación (por contraposición a la simple publicación de decretos, como habían hecho durante siglos). En definitiva, la aparición de nuevas concepciones del hombre y de la sociedad que ofrecían alternativas polémicas, para reemplazar las creencias convencionales, con posibilidades incitantes de desarrollo futuro.

Otra característica de la época a tener en cuenta es que todas las discusiones de la sociedad inglesa entre 1660 y 1690 giran en torno al tema de la tolerancia religiosa. Aunque Charles II había prometido impulsar la libertad de culto al momento de restaurarse en el trono en el año 1660, la presión de su entorno hizo que tal promesa no pudiera cumplirse. Después de 1662, todo aquel que manifestara públicamente su rechazo a la religión anglicana podía ser multado, confiscado y encarcelado.

A principios de 1660 John Locke era un desconocido tutor en Oxford y dos escritos suyos sobre el tema, curiosamente, hablaban a favor de la postura del clero anglicano y de reforzar la represión contra los disconformitas. Pero en 1667 conoce a Anthony Ashley Cooper, posteriormente nombrado conde de

Shaftesbury, uno de los líderes de la oposición a la monarquía y a partir de este momento Locke cambiará de postura. Afirmará con tenacidad que los magistrados no tienen autoridad para interferir con las decisiones individuales de las personas quienes eligen sus propios caminos a la salvación eterna. Niega por tanto que la libertad de culto degenere en libertinaje y rebelión, mucho peores son las consecuencias nefastas que conlleva la persecución religiosa.

En 1670 la Iglesia Anglicana lanza una feroz represión contra los disidentes religiosos, desatando una verdadera caza de brujas que culminará con una quema y censura de libros, cientos de prisioneros y muchos rebeldes enjuiciados, torturados y asesinados. Para la monarquía gobernante era intolerable pensar que los individuos podían ser vistos a los ojos de Dios como libres y responsables y, por lo tanto, que podían actuar según su libre albedrío. Aquí comienza la lucha de John Locke: en la fundamentación del principio de libre credo religioso como derecho natural del individuo, el cual precedía y era independiente a la instauración de todo gobierno. El Estado, según Locke, tenía como fin, únicamente, proteger los intereses civiles de los ciudadanos y no interferir en sus creencias religiosas.

Subyace a esta cuestión el tema central de la modernidad: la división entre conocimiento racional y conocimiento revelado, se discute por primera vez la separación de la religión del Estado, la relación entre derechos naturales y derechos civiles y los límites del poder del gobierno. En este contexto, Locke comienza a escribir el Ensayo sobre el Conocimiento Humano.

Otro de los postulados que defendían los Disidentes eran que Dios creó a los individuos iguales y libres respecto a otros; que los individuos son parte de una comunidad que se funda en lo moral y es gobernada por leyes naturales, conduciendo sus actos por los dictados de la razón; que las disputas deberán ser resueltas bajo provisión de evidencia, argumentación y discusión; y que, a pesar de ser seres corrompidos, los individuos son capaces de vivir en paz entre ellos, gracias al consenso y el acuerdo.

EL LIBERALISMO

En este sentido se lo considera el padre del liberalismo moderno es inspirador de las ideas que sirvieron de base a la constitución política de Francia y de los Estados Unidos.

También en su pensamiento político se puede apreciar la conexión con el Empirismo, por ejemplo cuando afirma: es ley natural que el hombre busque la felicidad y rehuya al sufrimiento, no existen leyes morales innatas y sólo por la experiencia aprende el hombre a prever las consecuencias de sus actos y a actuar según la razón.

Reconoce tres tipos fundamentales de leyes por las cuales se puede juzgar la moralidad, es decir la utilidad real de una acción: las leyes divinas, las leyes civiles y las leyes de la opinión pública.

Atribuye máxima importancia a los usos sociales y al afán de aprobación y estima que mueve a los hombres. De esta forma el utilitarismo de Locke establece una estrecha conexión entre la felicidad del y la utilidad general.

Este mismo planteamiento optimista sirve de base al pensamiento político de Locke. Por un lado Hobbes había concebido el derecho natural como el derecho ilimitado de todos a todo, y por lo mismo había considerado la condición original del hombre como una guerra universal. En cambio, para Locke el derecho natural de cada hombre está limitado por el derecho igual de los demás hombres y, por lo mismo, descubre en el estado mismo de naturaleza la posibilidad de una ordenada y pacífica convivencia. El libertad y a la Barrio nuevo, .: John Locke (1632-1704). Su vida, su obra y pendamiento

Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) propiedad en cuanto es fruto del propio trabajo. A su vez considera que estos derechos son inalienables y suponen los derechos de defensa y justicia, es decir, que todos los hombres tienen derecho a defender la propia vida, libertad y propiedad, como también derecho a castigar a quien atente contra ellos.

Al delegarse los derechos de defensa y justicia, surge el Estado. Por consiguiente, a diferencia de lo que sucede en Hobbes, el pacto social no anula los derechos originales de los hombres; antes bien, como el

Estado recibe su autoridad sólo en virtud del mandato que se le confiere de defender y garantizar tales derechos. Su poder no es absoluto sino limitado y no anula ni disminuye la libertad de los ciudadanos sino que la conserva y acrece. Las leyes tienen como finalidad defender al individuo contra los abusos y las arbitrariedades. Los soberanos delegan sus derechos al monarca pero cuando éste no cumple tienen el derecho de resistencia.

En el estado, el poder supremo es el legislativo, ejercido por una asamblea representativa que tiene el deber de legislar en forma general y teniendo siempre presente el bien común. Incluso el rey está obligado a tutelar las leyes y a velar por su cumplimiento, si así no lo hiciera, perdería su autoridad y en tal caso se justificaría una revolución puesto que tendería a restablecer el orden perturbado por el monarca.

Para evitar este peligro, el poder ejecutivo debe hallarse en otras manos que el legislativo: dirige los internos y externos del Estado, juzga y castiga a quienes quebrantan las leyes. Locke aún no separa el poder ejecutivo del judicial, como lo hace años mas tarde Montesquiev.

Los reformistas de la época, siglo XVII y XVIII, no tenía un claro panorama de cuáles eran los cambios EDUCATIVOS que debían realizarse. El autor J. Bowen señala esta dificultad cuando afirma: “el movimiento utópico reformista carecía de un cuerpo adecuado de doctrina sobre educación para guiar el proceso de la instrucción, no había una comprensión de la naturaleza de la infancia y de la niñez, ni una clara de la psicología del aprendizaje, del papel del juego, de la fantasía o de la imaginación; ni la necesidad de organizar los grados según la edad y las etapas de crecimiento e interés”. Además “las ante la existencia humana todavía seguían dominadas por la preocupación por el pecado y la necesidad de salvación “.

Pese a esta dificultad, se estaba gestando paralelamente, un cambio en las ideas respecto de la educación, como parte del fenómeno denominado Ilustración. Este cambio también fue posible gracias a las ideas de algunos pensadores como Locke, Comenio y Rousseau, entre muchos otros. Por otro lado, se haría evidente la influencia de la ciencia y del empirismo en la educación durante los siglos XVII y XVIII.

La importancia de Locke en la educación y en los cambios de la época, no siempre se reconocen.

La expansión del modo científico imperante en la época e instaurado por Newton, no sólo en lo que afecta al hombre y a la sociedad sino también a la educación, sería un logro de John Locke.

CONCLUSIÓN

Locke, en pedagogía ocupa un lugar y sobresaliente que le presta personalidad propia. En ella se destaca más por sus ideas filosóficas relativas al conocimiento, por su concepción psicológica y moral. En este sentido, más que un empirista es, como hemos visto, un moralista, es decir, que da más importancia en la educación a la conducta y a la ética que a la inteligencia y al conocimiento” .

Ejerció gran influencia en el pensamiento de Rousseau y a través de él en toda la pedagogía moderna. En relación a su influencia en la pedagogía de la época, se lo ubica dentro de la Pedagogía

Realista, representada por Ratke , Comenio y Locke. Esta pedagogía trata de sustituir el conocimiento verbalista anterior por el de las cosas o mejor por el de sus representaciones. Aspira a crear una nueva didáctica, dando normas para el empleo del método en la educación conforme a ciertas reglas. Asimismo atiende a la individualidad del educando con más insistencia que las épocas anteriores.

En el orden moral y social cultiva el espíritu de tolerancia, de respeto a la personalidad y la fraternidad entre los hombres.

Entre sus ideas, las que sirven a nuestro tiempo actual, es aquella que “se refiere a la educación de la individualidad, de la personalidad humana. En este sentido Locke es uno de los primeros que concibe a la educación en forma total, integral, atendiendo por igual a la vida física que a la intelectual y moral.

Aunque la preocupación por la educación física comienza en el Renacimiento, luego de que se había perdido en la Edad Media, Locke es el primero que le da la importancia que se merece” . No está de más decir que este pensador marcó un momento importante en el cambio del pensamiento filosófico, social y educativo de Occidente.

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