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La Cultura En La Educación Y La Educación En La Cultura

BlueSong10 de Junio de 2012

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La Cultura en la Educación y La Educación en la Cultura

Vamos a intentar reflexionar sobre la relación entre los conceptos de cultura y educación cuya extensión y comprensión son propiedades tan amplias que nos dificultan establecer los límites de una y otra. Las palabras, y sin duda también los conceptos, en las disciplinas de las ciencias humanas varían a menudo y, evidentemente los significados y sentidos siguen el pensamiento que los anima y utiliza. Levy-Strauss dice que las palabras son instrumentos que cada uno de nosotros puede usarlas para conseguir lo que desea. Trataremos de establecer una línea de reflexión a la vez diacrónica y sincrónica para primero comprender los dos conceptos y segundo para establecer sus relaciones que seguramente se mostrarán contradictorias.

El concepto de cultura

En las lenguas latinas la palabra cultura designa la acción de cultivar la tierra y, en sentido figurado, la acción de educar el espíritu, de venerar. Esta última definición esta ligada a cultus, sobre todo utilizado en un sentido moral y en el lenguaje religioso. El concepto de cultura en sentido de venerar no se usa más a partir del siglo XVI y es remplazado por el término culto.

Rousseau ve con claridad la relación y distinción entre cultivar y educar cuando escribe «On façonne les plantes par la culture, et les hommes par l’Education». Es a partir del siglo XVI cuando el concepto de cultura retoma el sentido moral de «desarrollo de las facultades intelectuales para ejercicios apropiados”, sentido que es empleado hasta el siglo XVII. A finales del siglo XVIII la traducción del término alemán Kultur, en Kant, introduce el sentido de «civilización, tomada en sus caracteres intelectuales», la cual va a entrar en competición con la palabra cultura. El concepto de civilización está muy marcado por su sentido originario de “acción de civilizar” que implica una jerarquía entre culturas.

En el siglo XX, por influencia del alemán y del inglés, la palabra cultura toma una nueva significación propuesta por los etnólogos norteamericanos como Malinowsky y Mead. Ésta es definida de una manera general como “el conjunto de representaciones y de comportamientos adquiridos por el hombre en cuanto ser social“ y, de una manera más específica, conjunto históricamente y geográficamente definido de instituciones características de una sociedad dada, que designa “no solamente las tradiciones artísticas, científicas, religiosas y filosóficas de una sociedad, sino también sus técnicas propias, sus costumbres políticas y los miles de usos que caracterizan la vida cotidiana”.

Poco a poco, el término cultura pasa a designar el proceso dinámico de socialización por el cual todos esos hechos culturales se trasmiten y se imponen en una sociedad particular por la imitación y la educación. En ese último sentido, es el modo de vida de una población, es decir, el conjunto de reglas y comportamientos por los cuales las instituciones toman un sentido para los agentes y se encarnan en las conductas más o menos codificadas.

Vemos en estas diferentes definiciones la relación estrecha entre la Cultura y la Educación. Volveremos más tarde sobre la misma, después de estudiar el concepto de Educación.

El concepto de Civilización

La palabra civilización deriva de la palabra latina civilis (1290) relativa al ciudadano, a sus derechos y a su existencia, entonces, miembro libre de una sociedad. En el siglo XVI tiene el sentido de hacer civil, o sea, mas apto a la vida social. Civilizar significa “hacer pasar a una colectividad humana a un estado del más alto desarrollo material, intelectual y social”. Esta definición está ligada al sentido moderno de civilización, sentido que se inscribe en la evolución del pensamiento antropológico del siglo XVIII, evidentemente ligado a un pensamiento etnocéntrico que acompaña y se afirma en el período de la colonización, ésta última caracterizada como una acción civilizadora en relación a los pueblos «no civilizados».

Braudel, en su libro “Grammaire des civilizations” traducido en castellano como “Las civilizaciones actuales, estudio de historia económica y social”, analiza bien los cambios semánticos de las definiciones de cultura y civilización a lo largo de la historia en algunas lenguas.

La expresión moderna del término “civilización” viene de la pluma de Turgot, en 1752, que preparaba una obra sobre la historia universal, pero que no la publicará. La entrada oficial de la palabra impresa aparece con la publicación del “Traité de la population” de Mirabeau, padre del tribuno revolucionario. Sin embargo, Voltaire, que no usó la palabra civilización, fue el primero en definirla en su “Essai sur les moeurs et sur l’Esprit des Nations” (1756) cuya traducción al castellano es “Ensayo sobre las costumbres y el Espíritu de las Naciones”. Voltaire fue el primero en proponer un esquema de una historia general de la civilización.

Incluso si en algunas lenguas los dos conceptos son considerados sinónimos, nos parece interesante conservar los dos conceptos separados aunque con relaciones evidentemente necesarias. Esta actitud nos permitiría comprender mejor la emergencia y el desarrollo de las civilizaciones que van o imponerse sobre algunas culturas o van influenciar a las mismas, con su consentimiento o no, y a las sociedades históricas concretas. Las civilizaciones y las culturas no son un río tranquilo. En ellas coexistencias varias contradicciones que van a permanecer y a transformarse en el proceso de desarrollo histórico de una cultura /civilización dada.

Podemos, así, afirmar que el desarrollo de la humanidad es el desarrollo y coexistencia de las culturas, lo que plantea un problema esencial para la educación. ¿Cómo considerar, en el proceso educativo, las culturas que coexisten en una sociedad histórica dada? Si consideramos que la educación debe tomar en consideración la socialización específica de las otras culturas, deberíamos aceptar que toda educación es una acción intercultural o multicultural. Parafraseando a Goethe que sostiene que aprender una lengua extranjera nos ayuda a comprender nuestra propia lengua, diríamos que el estudio de otras culturas nos ayudaría a comprender nuestra propia cultura. Esta orientación pedagógica tal vez nos ayudaría a criticar nuestra propia cultura y por consecuencia las otras culturas. Volveremos también sobre este punto.

Aparte de la aceptación (consciente o inconsciente) o la resistencia a ciertas determinaciones de las culturas, existen igualmente determinaciones que pueden ser caracterizadas como negativas o positivas, según la mirada crítica del otro o de ellas mismas. La tomada de conciencia de esas contradicciones puede llevar a una Cultura/Civilización a criticar las otras, pero también puede permitir una mirada crítica de ellas misma, un auto-evaluación permanente que puede ayudar a su desarrollo consciente y la aceptación de aprender de las determinaciones positivas de las otras Culturas/Civilizaciones. Pensamos que este sentido crítico consciente debería ser propuesto y desarrollado por la Educación como una determinación esencial del proceso educativo. Volveremos más tarde sobre este punto, después de haber estudiado el concepto de Educación.

El concepto de Educación

Educación viene del participo pasado del verbo latino Educare (nutrir, instruir), pero está también el verbo educere (esta vez no se trata de nutrir sino de “conducir fuera de”, o mejor, “conducir fuera de sí mimo”, de ahí conducir, deducir, introducir, derivado de dux, ducis (jefe). El autor latino Catulo utiliza el verbo educere por “hacer nacer, abrirse, emerger” y, posteriormente, Virgilio le da el sentido de “educar a un niño”. Pensamos que los dos orígenes del concepto Educación no son incompatibles. En términos actuales podríamos decir que el hecho de nutrir sería la acción de proponer contenidos diversos para la socialización y conducir fuera sería la acción de que el educando construya formas específicas de apropiarse teóricamente y prácticamente estos conceptos/acciones a través de innumerables mediaciones, todas de carácter social.

Al igual que el concepto de cultura, el concepto de Educación ha adquirido históricamente múltiples significaciones en las naciones occidentales. Según Durkheim cada sociedad tiene un concepto de hombre y de ella misma, y son estos conceptos los que se convierten en los objetivos del proceso educativo. El concepto de los griegos sobre la sociedad y el hombre (que también conoce diferencias en las ciudades griegas) es diferente al de los romanos. Mientras que el ideal del hombre en Grecia (especialmente en Atenas) era formar por la Educación “espíritus delicados, sutiles, apasionados por la medida y la armonía, capaces de sentir y apreciar la belleza” , Roma cultivaba el ideal del “hombre de acción, apasionado por la gloria militar”.

En la Edad Media la educación era ante todo cristiana . En las dos épocas los hombres eran la imagen de los Dioses o de Dios. A partir del Renacimiento la educación tiene una carácter más laico, más literario ( el humanismo). Pero en esa misma época comienzan a emerger las ciencias naturales (hoy ciencias de la vida y de la tierra). Nace entonces lo que podríamos llamar el cientificismo, que se opone a una educación humanista ya que la educación empieza a poner el acento en la enseñanza aprendizaje de

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