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Psicología Comunitaria


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2015  •  Resúmenes  •  1.867 Palabras (8 Páginas)  •  120 Visitas

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U1: Introducción a la Ps. Comunitaria

Subjetividad, Participación e intervención comunitaria. Una visión crítica desde América Latina, Jiménez - Domínguez.

Cáp 2: Ciudadanía, Participación y Vivencia comunitaria

La palabra ciudadanía proviene del latin civitas, se refiere al derecho común que regía a los ciudadanos, el derecho de ciudadano. Alude también al conjuto de ciudadanos libres que viven bajo una ley común en una ciudad o sociedad. Actualmente expresa dos conceptos y abarca dos realidades. La condición jurídica que implica la sumisión a la autoridad del Estado y el libre ejercicio de los derechos que el Estado otorga. Pero en su significación más definida se refiere al conjunto de derechos y obligaciones de los ciudadanos.

Los significados de la noción de ciudadanía son diversos y sólo se explican en su devenir histórico. Cisneros los clasifica en cuatro dimensiones:

  1. Concepción limitada: Se produce una confusión entre ciudadanía y nacionalidad al reducir los derechos del individuo a la sumisión a la autoridad del Estado, el libre ejercicio de los derechos previstos por la ley y el cumplimento de las obligaciones derivadas.
  2. Concepción amplia: Se refiere al derecho de los miembros de una comunidad política a participar activamente y en condiciones de equidad en la vida política del Estado.
  3. Concepción vertical: El vínculo del individuo con el Estado se establece por una relación de sujeción, imposición y sometimiento. Se pasa así de la relación súbdito – soberano a la relación ciudadano- Estado. Se funda en la idea de la libertad como autonomía del individuo. Rousseau estableció que para construir una sociedad política las personas deben someter su libertad individual a la colectiva.
  4. Concepción horizontal: Supone la aspiración de la igualdad no sólo en el plano de los derechos individuales, sino también en el plano de los derechos de los grupos.

Griegos: ciudadanía como pertenencia a la polis, e inserto en el politeísmo.  Los romanos hacen extensiva la ciudadanía a otros grupos antes excluidos. Este es el origen de la idea de tolerancia. Cisneros afirma que la tolerancia nace paradójicamente de las grandes intolerancias religiosas que habrían de sucederse a través de los siglos. El respeto por el otro es un principio que nace del proyecto político de la Ilustración y se sustenta en la igualdad democrática de los derechos. A partir del análisis histórico de la ciudadanía clásica, Cisneros cuestiona su capacidad para afrontar los desafíos que plantean las sociedades complejas de la América Latina de hoy, las nuevas necesidades y los nuevos desafíos de las sociedades multiculturales.

En la redefinición que hace Castoriadis del problema de la autonomía que plantea Rousseaau en su Contrato Social, que se refiere al dilema de cómo podemos estar sujetos a las normas colectivas rqueridas para la vida social sin ser esclavizados por el deseo de otros, queda clara la aspiración de los ciudadanos: crear instituciones que, interiorizadas por los individuos, faciliten lo más posible el acceso a su autonomía individual y su posibilidad de participación efectiva en todo el poder explícito existente en la sociedad.

La ciudadanía consistiría en la conquista de los derechos civiles y sociales mínimos por parte de los ciudadanos. La sociedad tendría que comprometerse a garantizar la ciudadanía a la mayoría de sus habitantes, y a los movimientos sociales correspondería la lucha para que esta fuera plena. ¿Pero cómo se llega a la ciudadanía plena? Por la colaboración, negociación y diálogo entre los distintos sectores sociales y la promoción de políticas públicas para reducir la desigualdad social.

En América Latina la estrategia de la ciudadanía también influye en la política de movimientos sociales, sindicatos y corrientes políticas de izquierda. Hay una necesidad de una nueva ciudadanía pluralista en el marco de lo que se ha llamado una tolerancia multicultural: se refiere a la forma en que los grupos pueden rechazarse o reconocer mutuamente. En este sentido, globalización, tolerancia y ciudadanía son tres aspectos de un  mismo problema y en dicho contexto las grandes desigualdades en los derechos de ciudadanía de las sociedades latinoamericanas son el producto de diversas barreras sociales y políticas que les impiden ejercerlos.

La tolerancia multicultural se basa en el principio de la reciprocidad, que fundamenta cualquier tipo de convivencia civil pacífica. En síntesis, supone la consideración del otro en cuanto diverso, a la vez que el espacio para disentir y para la pluralidad.

Sin embargo, hay que decir que el concepto de multiculturalidad tiene también sus problemas. Se puede prestar a usos contradictorios al sugerir variedad cultural pero también variedad de culturas, de mundos culturales relativamente cerrados y naturalizados en oposición a u estar en el mundo entre culturas. Según Barman, sería más adecuado hablar de sociedad policultural en correspondenca con la polivocalidad de nuestra existencia actual. El uso de la expresión sociedad policultural resulta incluso más afín con el énfasis en la pluralidad social.

• En la mayoría de los países de América Latina la construcción del Estado antecedió a la nación. La desigualdad y la pobreza caracterizan estructuralmente a la mayoría de los sujetos sociales latinos. Hay una enorme distancia entre los más ricos y los más pobres. Hay democracias delegadas: los electores eligen al líder y delegan en él toda la responsabilidad, luego se desentienden casi por completo de la política. Las democracias frágiles latinas son en realidad democracias formales, son más bien representaciones de lo democrático y lo ciudadano.

• Se suele entender que lo público se opone a lo privado y se vuelve sinónimo del bien común. Pero otro sentido de público es el que se opone a escenario. En este caso su sinónimo es sala, la suma de quienes asisten a una representación, quienes estan obligados a la pasividad, puediendo manifestarse sólo mediante el aplauso o el abucheo, mediante la compra o el boicotero de las entradas, pero sin contar con medios para revertir la desigualdad que los separa de los actores.

• En el caso de populismo, cuanto más se vale el gobernante de la escena para su popularidad menos republicano será, aumentando así el riesgo de que, olvidando lo público y privilegiando lo publicitario, se apropie de la cosa común para fines estrictamente privados. Esto se termina naturalizando, como si fuera un privilegio del poder, por la ausencia de una verdadera fiscalización pública y ciudadana. La ciudadanía está ausente. La democracia es sólo formal.

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