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DIDÁCTICA, PRÁCTICA PEDAGÓGICA Y EVALUACIÓN


Enviado por   •  19 de Agosto de 2019  •  Ensayos  •  1.053 Palabras (5 Páginas)  •  135 Visitas

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DIDÁCTICA, PRÁCTICA PEDAGÓGICA Y EVALUACIÓN

     La educación, por tratarse de una disciplina que involucra varios actores (estudiantes, familias, docentes, sociedad, etc.) requiere de unas prácticas que constantemente movilicen el conocimiento de la forma más idónea, acordes a los cambios culturales y sociales producidos con el pasar del tiempo y las nuevas generaciones. Desde este punto de vista, es necesario trabajar la didáctica desde la acción del docente, como aquel instrumento que permite dinamizar y orientar la adquisición del conocimiento. Como lo menciona Camilloni  (2017) “la didáctica es la disciplina teórica que se ocupa de estudiar la acción pedagógica (prácticas de enseñanza) asumida como práctica social” (, (p.19) que genera transformaciones en el entorno de los estudiantes y sus familias. Por ende, la didáctica se entenderá a la luz de cualquier proceso educativo como las formas, medios o procedimientos sistematizados y suficientemente probados, que ayudan a desarrollar y organizar una actividad, según las finalidades y objetivos pretendidos por el docente, de acuerdo con las habilidades y capacidades que identifique en los estudiantes.

     En relación con lo anterior, es frecuente que el docente se pregunte ¿cómo planear una clase?, ¿cómo mejorar la enseñanza?, ¿cómo cambiar los programas? Y es allí donde debe cuestionarse sobre su práctica pedagógica, entendida esta como la “identificación ideológica que hace que los docentes estructuren ese campo de una manera particular y realicen un recorte disciplinario personal, fruto de sus historias, perspectivas y también limitaciones” (Litwin, 2004, p.95), liando la práctica docente a la experiencia, el contexto de los estudiantes y lo que a través de estos dos factores hace el docente en el aula para generar aprendizaje en los sujetos.

     En palabras de Díaz, (1998) la enseñanza tiene métodos “acordes con la naturaleza del conocimiento a enseñar, con las particularidades socio-cognitivas del alumno y con las intencionalidades socio-políticas de cada plan de estudios…”. Construyendo un entramado de saberes que debe entender y poner en juego el docente para lograr una práctica pedagógica acorde a las exigencias del medio.

     De acuerdo con lo anterior, la didáctica “se vislumbra como una disciplina que se configura a partir de la identificación de unas prácticas de enseñanza específicas, con características propias, que al ubicarse en el análisis y la reflexión sistemática sobre la acción, se ubica como campo en construcción” (Jaramillo & Pérez, 2015) permanente; se reinventa, se retroalimenta y se pone al servicio de la enseñanza y el aprendizaje tanto del estudiante como del docente, pues no solo a quien se le enseña aprende, sino que quien lo hace también debe estar en capacidad de aprender y reformular su práctica a partir de la experiencia.

     En cuanto a la evaluación de los aprendizajes, puede considerarse como la culminación de cualquier proceso didáctico, por ende, no debe distanciarse para nada de este, por el contrario, debe ligar su accionar a la planeación o secuencia realizada. Es decir, “no es ni un acto final, ni un proceso paralelo, sino algo imbricado en el mismo proceso de aprendizaje, creándose relaciones interactivas y circulares” (Bordas & Cabrera, 2001, p.27) permanentes durante el desarrollo de cualquier proceso didáctico.

     Así pues y siguiendo los planteamientos de Bordas y Cabrera (2001) la evaluación puede ser vista desde tres aristas: Evaluación desde las teorías del aprendizaje, evaluación metacognitiva (aprender a aprender) y evaluación en una sociedad en cambio permanente.

     Desde las teorías del aprendizaje la evaluación se ha centrado en identificar lo que el sujeto aprende para pasar a generar un nuevo aprendizaje, sin embargo se hace necesario que el docente tenga en cuenta “el desarrollo del propio estudiante, es decir, sus expectativas, su nivel iniciales, sus estilos de aprendizaje, sus ritmos e intereses...., sus necesidades y proyección futura” (Bordas & Cabrera, 2001, p.30) para construir un aprendizaje significativo y acorde con las particularidades del sujeto evaluado.

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