Impacto cartesiano en la ética protestante y de la ética en el desarrollo del capitalismo moderno

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Impacto cartesiano en la ética protestante e impacto de la ética en el desarrollo del capitalismo.

Integrantes: Ignacio Moreira

Maximiliano Valdés

Francisca Paredes

Alejandro Cossio

Matías Arévalo

Profesora: Beatriz Revuelta

Cátedra: Introducción a la Sociología
Fecha: 28-04-2016

Referencia al Autor:

Max weber nació en Erfurt, Alemania, un 21 de abril de 1864. Nace en el seno de una familia de clase media, donde la relación que tenían sus padres se caracterizó por fuertes diferencias de pensamiento y estilos de vida. Ellos, con sus diferencias de mentalidad, no solo influyeron en el ámbito intelectual de su hijo, sino que también en la manera de ser y pensar de Weber con los demás, e incluso en su salud mental.

A sus dieciocho años deja la casa de sus padres para seguir sus estudios en la universidad de Heidelberg. Weber era un chico tímido, pero de a poco fue socializando más, y, poco a poco, fue tomando el estilo de vida de su padre (disfrutaba de lo terrenal).

Después Weber deja Heidelberg para hacer el servicio militar. En 1884 vuelve a Berlín, al hogar de sus padres para estudiar en la universidad de Berlín. Se tituló de abogado, y durante su periodo como estudiante en la universidad, sus intereses se desviaron hacia los que tendría por el resto de su vida (economía, historia y sociología), además de adoptar una vida más o menos ascética y de sumergirse en la idea del trabajo (como era su madre).

Desarrollo del tema:

“Debe entenderse como un nuevo estilo de vida sujeto a ciertas normas de una “ética” determinada. Lo característico de esta “filosofía de la avaricia”, es el ideal del hombre honrado digno de crédito, y más aún, la idea de una obligación frente al interés de aumentar su capital. La prudencia en los negocios, es un verdadero ethos. De la interpretación de los textos de Franklin, la moralidad es útil porque proporciona crédito y al igual con otras virtudes. La ganancia es el fin del hombre no un medio de satisfacción, el resultado de la virtud en el trabajo”. (Salvador)

En torno a esta reflexión, y breve descripción de la ética protestante, podemos dar cuenta de características básicas con las cuales la Weber describe la ética protestante.

Para Weber la adquisición del dinero es casi el valor supremo de la vida debido a que este nos da los beneficios para poder desarrollar una vida tranquila y ligada a Dios mediante el esfuerzo que requiere la acumulación de este capital que no será ocupado de forma derrochadora. De esta manera Weber plantea distintos puntos de cómo se actúa en torno a la búsqueda de la acumulación de riquezas, dando a entender que, primeramente, el ejercicio de una profesión (o el trabajo honrado) es la forma en que las personas deben ir tras el dinero (el capital) y así, hacerlo de forma esforzada, austera, siempre relacionada con Dios para poder vivir tranquilos acumulando riquezas y siendo austeros a la vez. Luego también se da la idea de la racionalidad con la cual logramos entender como Weber dice que hay una tendencia mayoritaria hacia el racionalismo económico con la cual la población “ha mostrado singular tendencia hacia el racionalismo económico, tendencia que ni se daba ni se da entre los católicos, en cualquier situación en que se encuentren.” (Zamudio). De esta manera Weber dice que la austeridad mantenga a los hombres con su espiritualidad y no dejando que las ganancias obtenidas, sean mal utilizadas, generando así conciencia en las personas para poder ahorrar este dinero a lo largo de sus vidas.

El capitalismo que existe actualmente (denominado capitalismo moderno) posee determinadas características que, valga la redundancia, lo caracterizan como modelo económico. Estas características a las cuales nos referimos son las siguientes:

• Afán de lucro
• Organización sistémica del trabajo
• Utilización de las ciencias y la tecnología
• Matematización de la disciplina, expresado claramente en la importancia de la contabilidad

Desde el objetivo de este trabajo, hablaremos sobre cómo el mundo protestante, con su ética y moral, influencia el desarrollo del capitalismo temprano (hasta llegar a las bases del capitalismo moderno) y de dónde adquiere la ética protestante, sus ideas y principios básicos.

Primeramente, y para iniciar este trabajo, trataremos de mencionar brevemente cuáles son los orígenes del protestantismo y sus principales características o postulados.

El protestantismo surgió de lo que se le conoce como la “Reforma protestante”, gestada en Alemania, que consistió en una serie de reformas, ideadas por un grupo de religiosos, políticos y pensadores, que buscaban un profundo cambio en las costumbres de la Iglesia occidental específicamente en el papado, que derivó en la creación e institución de distintos grupos religiosos (luteranismo, calvinismo, anglicanismo, metodistas, pentecostales, bautistas etc.). La principal característica del protestantismo es la intención de modificar la estructura y ciertos principios de la Iglesia católica, pero sin reemplazarla o abolirla.

La reforma protestante tuvo una amplia expansión en occidente, partiendo en Alemania y luego pasando por Holanda, Suiza, Francia, Ginebra, Inglaterra, Austria, Hungría, entre otros.

Luego de que Lutero promulgara las ideas de esta reforma protestante, muchas personas le dieron razón a sus postulaciones ideológicas. Uno de ellos fue Ulrico Zuinglio de Zurich (Suiza), él fue fuertemente convencido por las ideas de Lutero y además por su propia comprensión de la biblia. Expuso estos postulados protestantes en su ciudad natal y luego por toda la Suiza alemana, llegando hasta Francia donde tuvo por jefe a Juan Calvino.

Zuinglio en su interpretación personal de la biblia terminó concluyendo que lo único que se permitía de un modo literal en las escrituras debía conservarse en la doctrina y en las prácticas de la iglesia, también concluyó que la biblia era el único medio para purificar la iglesia y sus acciones o prácticas. Zuinglio apoya la idea de que la eucaristía debía ser una ceremonia simple y simbólica, oponiéndose a la iglesia católica y al luteranismo. Las reformas de Zuinglio, adoptadas de forma pacífica mediante votación por el Consejo de Zurich, pronto se extendieron a otras ciudades suizas.

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