La Escuela Etnográfica

La Escuela Etnográfica del Dr. Jairo Portillo

Ricardo Gallardo M.

Al interpretar los textos del Dr. Portillo a través de las manifestaciones de Convivir para contar, Cosas de nosotros mismos… y A pleno sol , y al pensar -ardidosamente- en la posibilidad de ganarle a los protocolos de la investigación dominante, se nos presenta la etnografía como una técnica de investigación emergente no convencional dado el agotamiento de las corrientes tradicionales de investigación para la explicación científica sobre las manifestaciones lingüísticas de grupos humanos, que en su acepción más simple y través de la palabra representan la idea de pueblo .

Nosotros mismos entre nosotros… no somos nada sin la palabra porque somos un hacer después de la comunicación de un diálogo de calidad. Éste se resume en el camino del consenso para una innovación lingüística en los saberes aplicados por una colectividad; en el nosotros, en el bien común. Ese bien común que genera prosocialidad y nos permite convivir para contar a través de la mirada etnográfica. Esa fijación de la vista en la fuente viva de urgación nos permite apreciar y aguzar el oído para el entendimiento de las lecciones espontáneas de la vida, cargadas con el candor, el asombro y la sabiduría de la gente. Sabiduría que se traduce en indagación previa (antesala del ojo) para generar conocimientos nuevos para todos; en el planteamiento de una prueba decisiva para la validación de la investigación (desfogar el problema); en esa declaración sostenida para comprobar la certeza y existencia de las cosas (testimonio, leer para creer…) y con el registro de resultados en conformidad con la tendencia de que todo relato debe concluir para poder prolongarse.

Nos prolongamos cuando emprendemos nuevos planes con estrategia territorial, significando lo que dijera doña Eulogia en su alusión a la actitud pasiva del avestruz. Ante la pasividad surge una actitud proactiva, cercana, aseguradora contenida en la expresión:

Lo tengo a pata de mingo, donde aprender es descubrir lo que ya sabes y actuar, es demostrar lo que sabes. Este conocimiento se confirma a través de un dialogo que cursa argumentos y sentimientos (…encuentro dialógico…) con una dosis de ironía (asnografía), una metodología que refleja un pensamiento ágil al mezclar hechos y valores para contextualizar la palabra. Se destaca un interesante ingenio personal, puesto de manifiesto en ese afán de atrapar las ideas con palabras que permita la interpretación.

Una interpretación curtida de problemas se transpira en Piel de escuela, donde con la piel a cuestas pide a gritos hacer un esfuerzo agotador a través de un sentimiento proactivo que provoque un cambio favorable para que ese cuero curtido se convierta en una lozana piel. Esa lozanía y autenticidad en la piel que busca la gente del Burrero de Santiago, que entre nuevos cantos de

libertad, expresan con el cuerpo y con la lengua las realidades que ocurren más

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