La Escuela Y El Psiconalisis

La escuela y el psicoanálisis

Susana Perales Lavín

La escuela tiene una función social importante porque más allá de ser un lugar de instrucción, es un espacio donde se desarrollan temas cruciales como la autoestima, el respeto por la propia persona y los otros, la relación con la autoridad y la competencia, entre otros. Es decir, el ámbito escolar es un espacio intermedio entre lo psíquico y lo social. Porque la escuela, como cualquier institución, si bien permite la realización de proyectos de trabajo creativo, también, moviliza ansiedades y conflictos subjetivos. Un niño en un grupo escolar crea lazo social, transfiere y proyecta sus deseos y fantasías a los otros y esto hace que se reproduzcan identificaciones entre ellos y con los ideales de la cultura. De ahí que, no sólo el conocimiento es importante, requerimos de ver la experiencia individual de cada uno de los alumnos para evitar en lo posible y/o solucionar los comportamientos atípicos que dejan secuelas significativas en su vida futura..

¿Qué pasa cuando frente a la tarea escolar aparecen los múltiples afectos de los integrantes de la escuela (maestros, alumnos, padres) como resultado de la imposibilidad de cubrir las demandas y encargos que la institución espera de ellos y cada uno se siente impotente frente a su tarea y piensa que fracasa o falla?

¿Qué pasa cuando el maestro, frente a la ansiedad que le produce el alumno que no aprende y dice: no puede, no quiere, es inquieto, o se violenta y acosa o es acosado, o presenta problemas alimenticios como la bulimia que produce obesidad?

Generalmente se busca en las explicaciones teóricas, psicológicas, pedagógicas o psiquiátricas, alguna que les permita dar una respuesta a lo que les sucede, así, solicitan a diferentes profesionistas que pueda explicar sus dificultades y ayudarlos en sus tareas. Las explicaciones que se dan en cada campo disciplinario – psiquiatría, psicología cognitivo conductual, psicopedagogía- a manera de ordenar el panorama desde la etiología de la precisión y delimitación de los padecimientos, tienen un sentido específico en ese campo y desde sus teorías que sostienen la clasificación. Si bien es importante a la aportación clínica, al incorporarse al ámbito escolar, muchas veces, estas explicaciones no logran la solución de la problemática al dejar de lado la importancia de las dimensiones subjetivas que se ponen en juego en la escuela. Las causas de los problemas de los niños que refieren los maestros: “no puede”, “no quiere”, “es hiperactivo”, “se violenta y agrede”, sólo constituyen las manifestaciones visibles de “otra cosa”.

Han proliferado los test psicológicos para determinar las deficiencias en la adquisición de habilidades y destrezas en el desarrollo infantil. También las múltiples “etiquetas” con las que se clasifican no sólo padecimientos

sino el ser del sujeto. El adulto dice: el niño es disléxico, es hiperactivo, es deficiente mental, etcétera. Los psicólogos escolares, cuando trabajan dentro de la escuela, además de aplicar los test y hacer las derivaciones pertinentes a los especialistas intentan recomendar estrategias a los padres y a los maestros para “estimular a sus educandos”, “ponerles límites”, etc. Sin embargo, atender el síntoma sin escuchar lo que se expresa en él, en la mayor parte de los casos reproduce la problemática.

El psicoanálisis, disciplina que si bien bajo el discurso científico-experimentalista se ha visto marginada de las aplicaciones psicológicas, su presencia se encuentra latente, pues se ubica en el marco referencial de la teoría del sujeto por su búsqueda de sentido. Pero también es cierto que no puede ser una corriente disciplinaria susceptible a ser incorporada como teoría al discurso escolar por la propia estructura de dicha institución. El propósito de la participación es lograr una mejor comprensión de las circunstancias que pueden quedar de lado en la atención de los niños, “escuchando” en la singularidad de cada sujeto o grupo desde su propio discurso.

El enfoque del psicoanálisis brinda al psicólogo escolar, a través de dispositivos propios, herramientas y alternativas de trabajo que le permitan comprender desde otra perspectiva los problemas de aprendizaje y conducta. Los

dispositivos de la escucha analítica para intervenir en la escuela toman en cuenta la dimensión subjetiva de cada uno de los integrantes de la misma, es decir, sus determinaciones inconscientes, y esto nos abre nuevas perspectivas en la comprensión de los fenómenos que se dan.

Por ejemplo, que alguien no pueda aprender a leer y escribir podría no ser una falla del maestro, ni es sólo un problema neurológico, tampoco es un problema del método didáctico. El diagnóstico de “déficit de atención con hiperactividad” no es causa de la agresividad o de la pasividad de un alumno, ni de su deseo de aprender o no. A través de un síntoma, el niño habla desde lo más profundo de sí, por lo que, la intervención del psicólogo escolar implicaría

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