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PEDAGOGÍA INSTITUCIONAL


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2021  •  Apuntes  •  1.153 Palabras (5 Páginas)  •  92 Visitas

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PEDAGOGÍA INSTITUCIONAL

Profesora :Lic. Valeria Estanguet [pic 1]

Alumna: Silvana Alarcón

PRIMER EXAMEN PARCIAL

Fecha de entrega

A la luz de la descripción de persona como:

1-   Ser digno en sí mismo pero que necesita entregarse a los demás para lograr su perfección

2-   Dinámico, activo, capaz de transformar el mundo y de alcanzar la verdad

3-   Espiritual y corporal

4-   Poseedor de una libertad que le permite autodeterminarse y decidir en parte no sólo su futuro sino su modo de ser

5-   Enraizado en la afectividad

6-   Portador y destinado a un fin trascendente

Reflexione qué importancia, si es que la tiene, el concepto de persona tanto como docente-persona como educando-persona para los fines e ideales de educación.

Reflexión sobre docente -  persona, educando -  persona

La educación logra su fin cooperando en la formación de un hombre hecho capaz, con sus acciones, de conseguir el suyo propio.

Puesto que la persona humana es social por su misma naturaleza, y está, por consiguiente, ordenada a vivir en sociedad, para poder conseguir, en la cooperación orgánica, su misma perfección personal, allá debe coronar y desarrollar su germen natural de sociabilidad, en sus varios aspectos: intelectual, afectivo y práctico, para alcanzar así su desarrollo integral.

La intervención educativa en favor de la persona humana debe, por lo tanto, orientarse también en el sentido de darle una formación social, y para ser-históricamente concreto, también en el sentido de darle una formación civil, cívica y política.

Esta formación social debe tener lugar dentro del más absoluto respeto de la preeminencia de la persona, atendiendo cuidadosamente a no dejarla sofocar o comprimir por ninguna forma invasora de colectivismo estatista, clasista o racista.

Siendo el hombre histórico-concreto un hombre elevado -de hecho o por vocación- a la vida humano-divina, es decir, sobre natural, y siendo posible alcanzar este fin sobrenatural sólo mediante un potenciamiento sobrenatural de sus fuerzas espirituales, que debe ser realizado por Dios mismo, esto exige que la acción educativa sea orientada de tal modo que no sólo no impida la acción de esta intervención divina, sino que disponga y prepare en el discípulo y en sus facultades las mejores condiciones para acoger y desarrollar al máximo esta nueva vida.

Siendo el educando persona, es decir, substancia espiritual, individua -en unidad substancial con el cuerpo- y teniendo un valor superior a todas las cosas, a todas las producciones y a todas las comunidades, tiene derecho, también en la acción educativa, al puesto central y terminal. O sea, tiene derecho a ser cl actor, el fin central y principal de la acción educativa.

A su progreso perfectivo deben ordenarse todas las actividades educativas, todos los bienes y la misma obra personal del educador.

Ya que todo discípulo se caracteriza existencialmente con su propia vocación --actitudes, inclinaciones, inspiraciones, llamados- la acción educativa tendrá como centro no un ser abstracto, sino un niño vocacionalmente orientado, al que se debe servir en orden' a la actuación de dicha vocación (centralidad dinámico-teleologizada).

Siendo el fin de la persona humana, en cuanto trascendente, superior a cualquier fin de naturaleza terrena -material, espiritual o social- y debiendo el fin de la educación del hombre ordenarse al fin de la persona humana, la acción educativa debe pro ponerse necesariamente dirigir y ayudar al educando.

La persona, por lo tanto, considerada como educando, exige y espera de quien la quiera educar una forma de intervención tal que promueva en ella la máxima adquisición de capacidades volitivas y el máximo dominio de las condiciones tendientes a limitar su uso.

Siendo el desarrollo del hombre el resultado de actos cumplidos voluntariamente por el discípulo, el educador debe proponerse obtener de él, gradualmente y en cada edad, su contribución proporcionada de asentimiento, de persuasión, de volición, en todos los actos que se le piden para ejercitarlo en el noviciado espiritual de la voluntad y prepararlo para asumir la dirección de la conducta de su vida con plena autonomía y responsabilidad.

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