Resumen de comunicación
Manu DiazResumen5 de Diciembre de 2017
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Noción de código
Los tres códigos que articulan la cultura visual
Relaciones entre los códigos
Teorías innatista, empirista, de la inferencia, gestalt
Leyes de la gestalt
Nociones de estereotipo y trasgresión del código realista
Definición de retórica
Pasos de la retórica
Acuerdos
Durand – lenguaje propio y lenguaje figurado
Grupo μ – grado percibido y grado concebido; grados ceros
Relación de la retórica con el diseño gráfico
Operaciones y figuras retóricas, connotaciones
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Código
En sentido laxo, amplio, flexible y general, es un cuerpo o conjunto de reglas que rigen diferentes comportamientos o funciones culturales. De este modo se puede hablar de los códigos de la percepción y la representación visual en diversas culturas y del código del saber de la vida cotidiana. Schnaith utiliza este término hablando de los códigos en cuanto condicionantes. Estos códigos interactúan entre sí, cuando se modifica uno repercute en los otros. El código condiciona al mensaje y al sistema visual.
Tesis de Schnaith
Los tres planos de codificación de una cultura visual se hallan en íntima vinculación entre sí. Los une la dialéctica que le da primacía en el proceso social a uno u otro plano de la experiencia visual.
Es así como cambios en las formas de representación influyeron en los códigos de la percepción, como el caso del impresionismo o la fotografía, el cine y la publicidad masivos. Los nuevos conocimientos como fue el caso de la interpretación de los sueños influyó en la representación, con la aparición del surrealismo. Las nuevas formas de valorar el cuerpo y los sentidos de la experiencia cotidiana, trajo nuevas concepciones sobre un saber que existe antes de la reflexión.
La movilidad de los códigos de nuestra cultura y sus diferencias con otras evidencia que la validez de una representación remite a una dialéctica operativa entre imagen y convenciones. Convención significa aquí la tradición como marco de referencia implícito sobre el cual se estructuran y transforman los códigos y sus relaciones.
No se representa lo que se ve sino que se ve lo que se representa. Toda imagen percibida o representada carga el parecer del objeto pero supone también una carga de subjetividad que el sujeto desplaza sobre el objeto.
El acto de ver es un proceso complejo en el que intervienen muchos factores que actúan simultáneamente sobre el sujeto de la percepción. Cuando percibimos no sólo vemos un objeto en sí sino que ante éste intervienen coordenadas que nos determinan qué ver y cómo verlo, haciendo una representación del mismo basado en un esquema condicionado por convenciones culturales, históricas, sociales, experiencias personales.
Códigos de la percepción
La percepción es el pre-supuesto de la representación. Determinada forma de representar supone determinada forma de percibir. Hay factores en la visión que remiten a su dimensión cultural y no al ejercicio natural. Se percibe porque es seleccionado dentro de un campo de significaciones en el que se destaca por determinadas relaciones. Lo que percibimos son más significaciones simbólicas que objetos.La percepción es un proceso activo en donde intervienen las pulsiones o representaciones inconscientes, supuestos culturales, ideologías históricas, estereotipos cognoscitivos, modas temporales y experiencia personal acumulada.
La presencia del objeto físico pierde relevancia frente a la imagen percibida de factores visualmente ausentes, esquemas previos, aprioris conceptuales o motivaciones inconscientes. La percepción es tanto anticipación como recuerdo.
Códigos de la representación
El movimiento de una cultura se produce en torno a un equilibrio estable entre tradición y transgresión. En la representación icónica, la transacción entre repetido e innovado es la del esquema y corrección. No pueden producirse cambios sin valores a transformar.
La información visual debe entrar en un esquema o estereotipo para ser representada y modificada.
Cualquier obra debe asimilarse a los diseños y esquemas que un artista aprendió a manejar. Una representación ya resuelta siempre influirá sobre una sacada “del natural”, hasta que los cambios vayan determinando un nuevo estereotipo.
El lento ajuste de esquemas y correcciones suele alimentar cambios cuantitativos que culminan en cambios cualitativos. Con la perspectiva renacentista, un código de representación de lo visible atendiendo al efecto de realidad, se reinstaura la aspiración del naturalismo de dar valor a las apariencias. Instauró la forma canónica de semejanza entre representación y su objeto.
La codificación de la mirada realista apunta a la ilusión de lo real, de los factores que percibimos en el mundo real. El realismo busca dar una imagen convincente, atendiendo al parecido de las cosas. Y así termina imponiéndose como modo de representación de la verdad de las cosas, en modo “natural” y único de representar. Hay que criticarlo como modo natural y justificarlo como código privilegiado.
El criterio de semejanza está basado en reglas que seleccionan ciertos aspectos y eliminan otros. El signo icónico, mediante una transformación de los estímulos visuales del fenómeno físico, desencadena un efecto perceptivo semejante. Una transformación consiste en el proceso por el cual una convención gráfica permite transformar sobre el papel una convención perceptiva o conceptual donde intervienen los tres códigos. Lo que cuenta es la relación entre imagen y contenido cultural atribuido al objeto. La semejanza es un resultado cultural.
Códigos del saber
Cada sujeto tiene un depósito cognitivo aluvional que prefigura la experiencia cotidiana, su percepción y su representación. En la mirada inmediata se suman prejuicios y conocimientos de orden personal, histórico o cultural. En este sentido contribuyen las revoluciones teóricas o técnicas, los cambios sociales, los procesos históricos, los grandes descubrimientos o las conmociones estéticas que replantean la sensibilidad. Por eso toda práctica representativa es conceptual, porque intervienen ciertos esquemas categoriales previos sin los cuales no sabríamos discernir nuestras impresiones.
Zunzunegui
Los mensajes recibidos por el órgano de la vista son el comienzo de una cadena operacional compleja que los elabora, organiza y transforma. La percepción se produce cuando procesos fisiológicos se convierten en construcciones mentales, que no pueden confundirse con meros registros de la realidad.
Los innatistas como Kant y Descartes, sostienen que la mente posee ideas innata acerca de la forma, el tamaño y otras características de los objetos. Que la constancia en la percepción se aprenda con la experiencia, es para ellos decir que la constancia se refiere al conocimiento de las cosas y no a cómo se presentan. Insisten en que es un problema de percepción, no de conocimiento.
Los empiristas como Hobbes, Hume y Locke, destacan el papel de la experiencia y la asociación de ideas. La mente es una tabula rasa sobre la que la experiencia escribe. El perceptor nunca está estimulado solamente por el objeto físico. Las sensaciones son indicios que deben ser interpretados adecuadamente. No creen en la separación entre percepción y conocimiento porque para ellos la percepción es un acto cognoscitivo.
La teoría de la inferencia comparte algunas posiciones con los empiristas, ampliadas con el concepto de “inferencia inconciente”. Las percepciones se plantean como condiciones más o menos ciertas, en función de los datos sensoriales obtenibles y de la dificultad de resolución del problema perceptual. La percepción se basa en un proceso inferencial en el que, mediante la experiencia anterior, se deduce a partir de sensaciones habidas en un momento dado. Mirar es un proceso activo y selectivo, a modo de actividad exploratoria. La percepción se concibe como dialéctica entre sujeto y realidad, entre propiedades de los objetos y la naturaleza e intenciones del observador. La teoría de la inferencia señala que la experiencia visual sólo está parcialmente determinada por lo que vemos en el momento ya que lo que estamos viendo entra en combinación y contraste con experiencias pasadas.
La teoría de la Gestalt se enmarca en el estructuralismo de la mente y del exterior. La percepción visual no es un procesote asociación de elementos sueltos sino un proceso integral estructuralmente organizado a través del cual las cosas se organizan como unidades o formas por motivos profundos. La forma es algo que se reconoce al captar una estructura. Siempre se parte de lo existente (lo percibido), que ya no es un objeto físico sino que es un objeto fenoménico, es decir el resultado de las posibilidades perceptivas. Lo que permite la Gestalt es verlo desde una teoría que permite asociar y percibir culturalmente y no de forma innata.
Asociar la idea de forma con un contorno nos muestra que la estructuración del campo visual en unidades independientes se basa en una jerarquización básica: figura versus fondo, que permite distinguir el objeto que sobresale del que queda detrás y explica que tendamos a percibir como figuras las zonas silueteadas o más pequeñas, simétricas, horizontales o verticales. La forma es aislable, destacable, cerrada y estructurada.
Ley de figura-fondo. Se deben dar las condiciones necesarias para que un elemento asuma el rol de figura: tamaño relativo, relaciones topológicas, tipos de imágenes, orientación espacial, actitud subjetiva. Cuando se ve la figura se pierde el fondo, o a la inversa; aunque siempre la figura resalta.
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