Taller de Análisis de la Comunicación en Instituciones Educativas (TACIE)
Fany Borthiry BuidePráctica o problema7 de Octubre de 2019
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Taller de Análisis de la Comunicación en Instituciones Educativas (TACIE)
Profesora: Sanguino, Silvina
Comisión: 2
Integrantes: Boccazzi, Mariano Legajo no:
Borthiry, Estefanía Legajo no: 12925/9
Institución: Centro Educativo de Nivel Secundario (CENS) no 454
Dirección: diagonal 73 y 4
Referente: Martín Carrasedo
2- Las instituciones educativas: Encuadre de conceptualización acerca del proceso de institucionalización, las dinámicas y tensiones en clave socio-histórica en las instituciones educativas. Lo social y lo político en las prácticas institucionales con especial énfasis en la especificidad de la institución con la que realizó la práctica de campo considerando las entrevistas institucionales
“Las instituciones, y particularmente las educativas son formaciones sociales y culturales complejas en su multiplicidad de instancias, dimensiones y registros. Sus identidades son el resultado de procesos de interrelaciones, oposiciones y transformaciones de fuerzas sociales y no de una identidad vacía o tautológica de la institución consigo misma.”[1]
Para poder explicarlas y analizarlas tenemos que tener en cuenta la articulación que existe entre la sociedad y los individuos que la componen. Como así también el entrecruzamiento que existe entre la tarea del investigador, y la intervención institucional y la situación política de la sociedad que “origina, niega o rechaza esta práctica”.
En este sentido, nuestra aproximación al campo del CENS 454 se dio en el ámbito de las nuevas políticas educativas aplicadas a los diferentes estamentos educativos.
Al adentrarnos a la intervención en la institución se nos presentó la relación y tensión existente entre las nuevas políticas educativas y sus impactos en la vida dentro de esta institución. Puntualmente el sorpresivo cierre de los Bachilleratos de adulto y el pase a los Centros Educativos de Educación Secundaria (CENS). La génesis de los conflictos que comenzaron a vislumbrarse.
Como hemos visto a lo largo de la cursada, el campo institucional es un campo de conflictos, las cosas que suceden dentro de estos espacios son producto y productores de conflictos y también con éstos las inevitables crisis.
“Las instituciones entran en crisis, y con ello su capacidad estructurante, organizadora de las prácticas humanas. Se rompen los lazos hacia el interior de los colectivos de trabajo. Se desatan luchas de poder; se desarticulan las funciones de contención y sostén que estos colectivos tenían para los sujetos, generándose angustias e imaginarios de peligros específicos”.[2]
La incertidumbre del pase a CENS, la posibilidad de que muchxs de lxs docentes se quedaran sin su fuente de trabajo; el pase de una modalidad presencial como la tenía el Bachillerato a el pase a una cursada Semi presencial o incluso virtual, implicando disminución de las horas y una posible deserción de lxs alumnxs; la institución física como pérdida de espacio de contención por parte de lxs alumnXs; la falta de directivos en el cargo; la disminución, además de docentes en cargos, de auxiliares que forman parte de las tareas dentro de la escuela; éstas, entre otras cuestiones. Con un estado ausente, que ante los diferentes reclamos realizados, no da una respuesta clara.
La práctica del análisis se da de lleno en cuestiones políticas fuertes y al rojo vivo en los tiempos que corren. Es evidente que el análisis institucional en tanto modelo teórico práctico está atravesado por fundamentos ideológicos y corrientes de poder. Las cuales no podemos dejar de ver y relatar.
Pese, a como menciona Garay en su texto que “es difícil reconocer una etapa en la que las instituciones educativas no estuvieran en conflicto”, este es un nuevo conflicto después de años en que se trató de poner a la educación en otro lugar. Un quiebre a las decisiones políticas que se venían dando, un nuevo y a modo personal, oscuro panorama. Las luchas de poder entre las decisiones políticas y el rol de los docentes y las políticas educativas se muestran a la luz de estas nuevas decisiones políticas.
Malestar, conflicto, crisis; tres fenómenos constitutivos de las dinámicas institucionales que remite, en su origen y sentido al juego relacional de tres instancias básicas y constitutivas.
Porque además del pedido de aumento salarial, mejora edilicia de colegios que se caen a pedazos, políticas y decisiones arbitrarias que traen malestar e inconformismo, el no saber qué pasará con lxs alumnxs; existe otro factor que es, la división de lxs docentes frente las adversidades, la pasividad de algunxs ante el conflicto, la no confianza, el agotamiento y descreimiento hace que por un lado, de un plantel de 100 docentes, haya sólo 10 sindicalizadxs, mostrando la gran división y el quiebre que existe dentro de el mismo grupo docente.
“La crisis de la educación y de la escuela es una crisis institucional, porque hoy se ha roto y ha perdido legitimidad el orden simbólico unívoco que estructuró las funciones y la vida institucional de la escuela durante más de un siglo (…) una crisis de proyectos, un vacío político de respuestas convocantes, realizables y justas. En estas condiciones se amplifican los conflictos, sin el sentido de lucha para hacer historia sino como disputas de unos contra otros y entre colectivos”.[3]
3- Perspectiva metodológica: el proceso etnográfico (mirada –relato-acción) en el recorrido de la práctica de campo. Cartografía cultural de territorios/escuela.
“En un sentido mínimo, la etnografía puede entenderse como un proceso de “documentar lo no-documentado”. Con esta frase Elsie Rockwell nos presenta la puerta de entrada al complejo proceso del rol del etnógrafo-investigador. En el campo es dónde se obtiene la información más importante y rica para el investigador.
Como proceso, está implicado el valor subjetivo. Y tomar conciencia de ello, de nuestras prenociones, de nuestros valores éticos, de todo lo que llevamos como proceso histórico construido socialmente, facilitará la visión del campo a abordar. “El proceso de campo rebasa el control técnico que pueda regir en otros trabajo empíricos (…) las maneras de trabajar se articulan necesariamente desde cada investigador: desde allí cobran sentido”. [4]
Una doble acción que se sostiene en nuestro trabajo en el campo en esa interacción con los otros. Como se mencionó anteriormente, lo que el otro quiera o no que vea y la propia construcción social que puede sesgar o realizar juicios sobre lo que veo. Saber de nuestra mochila, verla y ser consciente de ella. ...Para poder mirar, escuchar, documentar en pos de generar relatos que propicien o apunten a la comprensión de la o las situación/es y de los sujetos. “Hacer etnografía cobra sentido cuando se logra agregar al acervo registrado otras maneras de mirar, entender y transformar la vida social”[5].
Esto último además, nos habla de elaborar un registro que sea público y no privado. Por lo cual hay que saber o tener en cuenta como es eso “público”. Para poder colectivizar el proceso de construcción de conocimiento debe hacérselo entendible y comprensible a otras personas. Y más aún cuando el trabajo se lleva adelante en equipo, lo que permite poner en común y compartir lo observado, esto hace enriquecer el trabajo, mirar desde diferentes aristas una misma cuestión.
Saber mirar el trabajo de los otros, tener en cuenta que muchos de los datos escritos tienen agregados procesos puntuales y personales, considerar que también para abordar esos textos deberíamos tener una experiencia similar y servir de material de apoyo y revisión a futuro. Por lo cual la necesidad que los mismos sean elaborados de manera clara y lo más textual de todo lo que se vio y escuchó. De aquí parte la importancia de nuestra metodología de recolección de los datos, la manera en que se lleva adelante el registro, las técnicas que se tiene en cuenta y la manera en desenvolvernos con ella. Aparece, como se dijo, en juego la manera material de registro.
Pero antes, no nos podemos olvidar o pasar por alto cómo se llega a esos lugares, cómo se accede al campo, la importancia de una etapa previa de análisis, la realización de los pasos burocráticos, y teniendo en cuenta la mirada que esos otros del campo pueden llegar a tener sobre nosotros en esta primera instancia y que se irá transformando a medida que los encuentros se den. Teniendo en cuenta además que el desarrollo en campo lleva tiempo, el óptimo, el que consideremos pertinente de permanencia. “Es necesario permanecer el tiempo suficiente en el campo para romper con lo preconcebido y empezar a pensar de manera distinta sobre los procesos” [6] pero teniendo en cuenta que el mayor tiempo se debe dar en el análisis de todo el proceso.
Todo este proceso por el cual se lleva adelante la recolección de datos, está enmarcado en un cuadro de situación específica, un lugar físico, en el conviven lo visible que esconde lo que lo determina Lo que sería una especie de curriculum oculto de las relaciones existentes. Nos da pistas para la comprensión de la comunicación de la escuela, las relaciones sociales, y las relaciones de poder.
Como se ha mencionado en el texto de la cursada, los espacios educativos actúan como “organizador de las actividades de la institución educativa (…) los actores del campo están dotados de los habitus que implican el conocimiento y reconocimiento de las leyes innatas del juego”.
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