Los “Orígenes del atraso”: Obstáculos al desarrollo económico en el siglo XIX
aries_edResumen12 de Diciembre de 2017
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I. Los “Orígenes del atraso”: Obstáculos al desarrollo económico en el siglo XIX
La actividad económica permaneció “centralizada por el estado”, en el sentido de que cada empresa era obligada operar en forma altamente politizada, el estado se había debilitado en comparación con la era colonial. Era incapaz de remover los obstáculos al desarrollo económico resultantes de la competencia exterior, la caída en la actividad minera, y la carencia de infraestructura de transporte y de capital financiero. El estancamiento económico e industrial que siguió fue consecuencia de la persistente insuficiencia y fragmentación de sus mercados. Las primeras señales de una recuperación moderada aparecieron en la década de 1830 en la minería y en la industria.
En la década de 1820 el gobierno pudo atraer temporalmente al sector minero a importantes inversionistas extranjeros. Sin embargo, después de algunas décadas de operación abandonaron el país al no haber podido satisfacer las expectativas de que sus negocios fuesen altamente rentables. Entre los factores adversos que les afectaron estuvieron l inestabilidad política y social, la escasez de fuerza de trabajo calificada, y las ineptitudes de los diversos gobiernos en materia financiera y fiscal. En todo caso, para 1850 a no había capital extranjero en la industria y había sido reemplazado por una nueva oleada de inversionistas locales. A pesar de los signos de repunte, no fue hasta finales de la década de 1860 que la economía mexicana en su conjunto empezó a crecer en forma sostenida. Un elemento fundamental detrás de este repunte fue la recuperación del sector minero, la recuperación de la minería de plata, en particular, ayudo a terminar con la crisis de liquidez y con la restricción crediticia que habían afectado tan severamente a los negocio en México durante muchos años después de la independencia.
II. El Porfiriato y los inicios del crecimiento moderno en la economía de México.
Se le reconoce como el primer periodo en la historia de México en que ya como nación independiente, consiguió construir un estado fuerte que además de dar fin a los enfrentamientos civiles, y garantizar un largo período de estabilidad política, creó diversas instituciones económicas que tuvieron un papel primordial para remover obstáculos fundamentales al desarrollo económico. El robustecimiento del gobierno central fue conseguido de manera eficiente mediante una combinación del uso autoritario de la fuerza y de alianzas con grupos relevantes. Un elemento decisivo detrás de esta estrategia fue el cumplimiento selectivo y la protección de los derechos de propiedad de ciertos grupos para asegurarles sus ingresos y privilegios económicos. Otra precondición fue garantizar un flujo suficiente de ingresos financieros y fiscales al estado para garantizar su capacidad de llevar a cabo políticas sociales y económicas. La reforma fiscal fue otro elemento importante en el aumento del poder del gobierno federal durante el Porfiriato. Esta reforma planteada, de hecho en 1869 por Matías Romero, sentó los cimientos para ampliar la base tributaria.
ORDEN Y PROGRESO
Como una mezcla de las raíces políticas de los liberales y de los objetivos económicos de los conservadores, la ideología del Porfiriato se sintetizó en el lema positivista “Orden y Progreso. Esta ideología positivista surgió plenamente a principios de la década de 1890, fue promovida por los “científicos” que eran un grupo de administradores altamente cultivados, abogados y empresarios que participaban en el gobierno. Consideraban el orden como requisito necesario para el progreso económico.
El progreso se entendía como la transformación de México en una nación industrializada. Lograrlo exigía remover varios obstáculos tradicionales al crecimiento económico como eran:
- La escasa integración del mercado local
- La falta de recursos financieros tanto para el estado como para proyectos de inversión a gran escala.
LA EXPANSION DE LA RED FERROVIARIA Y LA INTEGRACION DEL MERCADO NACIONAL
Uno de los mayores logros del Porfiriato fue la integración del mercado local, impulsada con celeridad por la rápida expansión de la red ferroviaria. En 1877 México tenía 570 km de líneas ferroviarias construidas y, solo una línea operaba normalmente entre México y Veracruz. Para 1885 la red cubría 6000 km, en 1890, 10,000, en 1900 llegaba ya a 14,000; y en 1910 su cobertura total era de casi 20,000 km. Desde entonces hasta 1990 se construyeron solamente 6000 km adicionales, es decir, 75% de la red ferroviaria del país fue construida durante el Porfiriato. La mayor consecuencia económica de los ferrocarriles fue la reducción de los costos de transporte y la integración del mercado interno. La confiabilidad, velocidad y bajo costo del transporte ferroviario amplio, considerablemente, el tamaño del mercado interno, incrementando la movilidad y redistribución geográfica de la fuerza laboral.
EL CAPITAL FINANCIERO Y LA INVERSION EXTRANJERA
Durante el Porfiriato México finalmente comenzó a escapar de la trampa del subdesarrollo financiero en que se había trabado la mayor parte del siglo XIX. El elemento decisivo para lograrlo fue la fusión orquestada por el Estado de los dos bancos más grandes y así crear el Banco Nacional de México (Banamex) al que se le dio una posición de mercado privilegiada dentro del sistema financiero de México. Por su parte Banamex canalizó al gobierno de Díaz suficientes recursos para financiar el gasto público lo que, a su vez, le permitió al régimen proceder gradualmente con el lanzamiento de una reforma fiscal que aumentaría los recursos gubernamentales en el largo plazo. La falta de financiamiento se convirtió en un obstáculo fundamental para la expansión de nuevas empresas manufactureras y, a la vez, acentuó la concentración del aparato productivo. La Bolsa, el embrión de un mercado accionario, se creó en 1985. La inversión extranjera en el sector minero, petrolero y en el agroexportador fue un elemento clave de la estrategia de desarrollo del Porfiriato. De hecho fue activamente estimulada a través de varios incentivos, incluyendo subsidios y exención de impuestos. La inversión extranjera se incrementó por múltiplo de 30. Se concentró en la construcción del ferrocarril, la minería y la compra de deuda pública seguidas de los servicios públicos (electricidad), agricultura y bancos.
LA MODERNIZACION INSTITUCIONAL Y EL AMBIENTE INTERNACIONAL.
En el Porfiriato gradualmente se estableció una política para promover una rápida industrialización, parcialmente basada en la protección comercial selectiva y en el uso de otros instrumentos de política. Se restableció la solvencia crediticia de México en los mercados financieros internacionales y en 1889 el gobierno mexicano llegó a un acuerdo con los bancos extranjeros para reprogramar los pagos de su deuda externa. Debe destacarse que en la modernización que se dio en el marco institucional de operación de la industria, la banca y el comercio, estuvo totalmente ausente en lo que se refiere a relaciones laborales.
MODERNIZACION CON DESIGUALDAD
La modernización y el crecimiento económico se dieron en muchas áreas, dejando atrás décadas de rezago. Entre 1877 y 1910 el PIB real de México se incrementó en un múltiplo de 3.5 y en términos per cápita registró una tasa media de crecimiento de 2.5%. El crecimiento económico de México de 1870 a 1910 fue sobresaliente en el contexto mundial. En este lapso como proporción del de Estados Unidos, el PIB per cápita de México de aproximadamente 28% subió a 34%, y con relación a Europa Occidental paso de 32 a 50%. Su desempeño relativo frente a España fue impresionante, para 1910 el PIB per cápita de México estaba cerca del 90% del de España (comparado con el 56% de 1870). Las privatizaciones estimularon la concentración de la tierra en grandes latifundios para su uso comercial. De hecho en entre 1878 y 1908 el gobierno de Díaz transfirió 30 millones de hectáreas al sector privado, vendiéndolas o entregándolas como pago compensatorio a las compañías deslindadoras. No es de sorprenderse que para principio de siglo 95% de las tierras cultivables estuviera en manos de 835 familias. Las deudas del peonaje mantuvieron a los trabajadores rurales en extrema pobreza, pues los terratenientes usaban su poder monopolista (en infames tiendas de raya) para comprimir los salarios por debajo de los límites de subsistencia. El hambre y la pobreza eran comunes especialmente en las áreas rurales. El descontento creciente en los pobladores rurales (causado por el deterioro en sus condiciones de vida y por la sistemática expropiación de sus tierras) combinado con el resentimiento emergente clase media (dada su exclusión de las decisiones políticas ) y de los trabajadores y campesinos (por su marginación de los beneficios del crecimiento económico ) fueron los elementos centrales que llevaron a la formación de una coalición triunfante bajo la bandera de la democracia política, la reforma agraria y los derechos laborales.
CAPÍTULO III LA REVOLUCIÓN, LOS AÑOS TREINTA Y LA CONSOLIDACIÓN DE UN ESTADO DESARROLLISTA
Termina el Porfiriato debido a una ausencia de consenso social, pobreza extendida e inequidad de distribución de ingresos y riqueza, y llega la Revolución, que durante 3 décadas, el país tuvo lucha armada, choques políticos, inestabilidad y turbulencias económicas.
REVOLUCIÓN Y SURGIMIENTO DE UN NUEVO PACTO SOCIAL
Desde el comienzo de la Revolución hasta la Gran Depresión fue un periodo de inestabilidad política , caracterizada por la insurrección de Francisco I Madero contra Porfirio Díaz(1910-11), las medidas tomadas por Huerta (1913), la contra reacción de los revolucionarios, una guerra civil entre fracciones revolucionarias (1914-17), la lucha armada disminuía pero la agitación política persistió por los asesinatos de Zapata, Venustiano Carranza, Villay Obregón, levantamientos militares y una guerra civil anticlerical de constitución en el centro oeste de Mexico llamada guerra cristera (1926-29). Las etapas más violentas de la Revolución terminaron con la creación de la Constitución en 1917: -Fortaleció al poder ejecutivo- da poder del veto y derecho de emitir decretos personales en circunstancias especiales, prohibía la reelección.
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