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Practica Docente


Enviado por   •  21 de Mayo de 2013  •  2.055 Palabras (9 Páginas)  •  334 Visitas

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La historia del desarrollo educativo nos habla sobre factores escolares que tienen relación con los resultados del aprendizaje de los alumnos y con otros elementos de su desarrollo personal; en este sentido se han realizado esfuerzos encaminados al mejoramiento de la calidad de la educación y se ha identificado al “desempeño profesional del maestro” como muy influyente y determinante, para el logro de la calidad de la educación.

El papel que el docente juega dentro del proceso educativo es de importancia trascendental, pues es él quien impulsa y genera conocimientos en su práctica pedagógica.; Podrán perfeccionarse los planes de estudio, programas, textos escolares; construirse magníficas instalaciones; obtenerse excelentes medios de enseñanza, pero sin docentes eficientes no podrá tener lugar el perfeccionamiento real de la educación.

La evaluación docente no debe verse como una estrategia de vigilancia que controla las actividades de los profesores, sino como una forma de fomentar y favorecer el perfeccionamiento del profesorado, como una manera de identificar las cualidades que conforman a un buen profesor para, a partir de ahí, generar políticas educativas que coadyuven a su generalización.

La sociedad se encuentra enmarcada en un proceso de cambio para adecuarse a los avances científicos, tecnológicos y humanísticos, razón por la cual el sistema educativo se ha venido transformando a la par. Al docente le corresponde desempeñar sus funciones para contribuir con el logro de los objetivos planteados por la Secretaría de Educación y por ello, se pretende que posea la formación personal y profesional necesaria que le facilite el trabajo de orientar el proceso educativo.

Por la función social que realizan los educadores están sometidos constantemente a una valoración por todos los que reciben directa o indirectamente sus servicios; por esta razón se hace necesario un sistema de evaluación que haga justo y racional ese proceso y que permita valorar su desempeño con objetividad, profundidad, e imparcialidad.

La evaluación, en sí misma, ha de ser una opción de reflexión y de mejora de la realidad, pero su oportunidad y sentido de repercusión tanto en la personalidad del evaluado, como en su entorno y en el equipo del que forma parte, ha de ser entendida y situada adecuadamente para posibilitar el avance profesional de los docentes.

UBICACION PARADIGMATICA Y CONCEPTUAL

La evaluación del desempeño de los docentes, según la manera de planificarla y ejecutarla, puede ser más perjudicial que beneficiosa; evidentemente, si los docentes sienten que se pone en peligro su supervivencia laboral y profesional, tenderán a comportarse y actuar de forma tal que le garantice quedar bien ante la evaluación.

Evaluar es interpretar la adecuación de un conjunto de información que se obtiene en el desarrollo de las prácticas y un conjunto de criterios adecuados a un objetivo fijado, con el fin de tomar una decisión pedagógica.

La tarea de evaluar se puede concebir desde distintos paradigmas y actuar de acuerdo ellos, dentro de mi función como Asesora Técnica Pedagógica:

 Paradigma cualitativo: Se interesa por comprender qué está sucediendo y qué significado tiene esto para los distintos actores involucrados, con el fin de evaluar procesos y productos.

 Paradigma crítico: La evaluación recoge información acerca del proceso que se está dando pero además genera diálogo y autorreflexión

Esta conceptualización, son a mi criterio los más justos, válidos, completos y eficientes; pero, tradicionalmente, se ha concebido a la evaluación como sancionadora, aplicándose generalmente no a todos los ámbitos en que se debería, sino casi con exclusividad a los alumnos.

Con un enfoque crítico y cualitativo, se intenta centrar la atención en comprender qué y cómo están desarrollando las prácticas educativas los docentes que conforman la zona escolar, para que la evaluación deje de ser el modo de contrastar el grado en que los educadores han aplicado la curricula, para pasar a ser una herramienta al servicio de todos los implicados en el proceso de enseñanza- aprendizaje, que retroalimenta la práctica, permite tomar decisiones a partir de los logros y las dificultades para aportar y profundizar dicho proceso.

Obtener información es sólo una parte de la evaluación, es necesario darle un lugar importante a las reflexiones, interpretaciones y juicios que se llevan a cabo con los datos obtenidos. Dentro de la evaluación el educador debe de hacer una reflexión permanente sobre sus prácticas, sobre el trayecto de los alumnos en la construcción del conocimiento.

Así la evaluación deja de ser un momento terminal del proceso para transformarla en la búsqueda de comprensión de las dificultades y en la dinamización de nuevas oportunidades de conocimiento, a partir de una toma de decisiones que mejore las prácticas educativas.

No se trata de observar la evaluación como elemento que no contiene juicios de valor, pero sí que los mismos sean a partir de una elaboración seria y rigurosa, lo más objetiva posible, a partir de la información obtenida durante el proceso educativo, que le sea útil no sólo al equipo de supervisión (Supervisora Escolar-Asesor Técnico Pedagógico) , sino también a los docentes para que ellos puedan también comprender su propio camino, y aprender sobre todo a autoevaluarse.

El docente se torna capaz de autoevaluar crítica y permanentemente su desempeño, no teme a sus errores, sino que aprende de ellos y conduce entonces de manera más consciente su trabajo, sabe y comprende mucho mejor todo lo que no sabe y necesita conocer; y se desata, a partir de sus insatisfacciones, una i necesidad de auto perfeccionamiento.

Lo importante es que mediante la evaluación, se logre comprender y transformar la práctica educativa, mediante el análisis e interpretación de las informaciones que se obtienen en el proceso de enseñanza aprendizaje. Con respecto a lo factible o posible de esta situación, los docentes podríamos y deberíamos estar en condiciones no sólo de elegir, sino de generar alternativas de aprendizaje, es posible transformar la evaluación en una herramienta de conocimiento para Asesores Técnicos Pedagógicos y profesores.

Una evaluación formativa requiere de un diagnóstico inicial para obtener información sobre el punto de partida de cada profesor, y un seguimiento durante el proceso que nos aporta información de los logros, progresos, dificultades y que nos sirve para ir retroalimentando la práctica y haciendo cambios positivos en la misma. En este punto destaco principalmente la función de la observación y acompañamiento

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