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Critica 1 “El capital humano”


Enviado por   •  9 de Julio de 2015  •  3.379 Palabras (14 Páginas)  •  201 Visitas

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Critica 1

La sensación que me deja tras ver “El capital humano” es de cierta intranquilidad, independientemente de sus buenos valores cinematográficos y de la película en sí. No es que sea de terror o suspense (aunque haya cierta intriga), pero lo que en mí provoca es un pesimismo inquietante. Creo que todos los que estábamos en la sala reconocíamos a cada uno de los personajes que en ella aparecen y que por ejemplo, el tema de las altas finanzas, el que varios desalmados amorales, manejen el mercado para enriquecerse aún más, sumiéndonos al resto en una profunda crisis, también. No solamente esto nos resultaba familiar, si no que nos hemos convertido en conformistas, asumimos que la pérdida de valores y la ambición desmedida nos ha conducido a todo esto. Y que así está el mundo y nada se puede hacer. Al menos esto último no lo pienso, aunque parece ser que muchos piensan que siempre será así, lo cual anula cualquier posibilidad de cambio.

Adaptada de una novela americana, “El capital humano” traslada su acción a Italia (creo que se podría ambientar en cualquier país) y sintetiza todas sus posibilidades en dos horas. Paolo Virzi confesaba que tenía un material tan bueno “que podía haber dado incluso para una serie de HBO”. Es cierto, pero afortunadamente, en vez de prolongarse la acción ha sido dividida por capítulos que dan varios puntos de vista (formato muy de moda) y que aquí, ese formato, ha encajado. Además de estar bien dirigida, ambientada y por supuesto, mejor interpretada. El reparto hace una notable labor, porque son personajes comunes y nada característicos en su apariencia para el gran público. Incluso tampoco hay escenas en las que puedan recrearse en su interpretación. El logro es que inyectan todos sus sentimientos y objetivos en sus apariciones, hay un mundo interior que son capaces de traslucir con la mayor naturalidad, en especial el trío ganador en los David de Donatello, Gifuni, Golino y por supuesto una espléndida Valeria Bruni Tedeschi. No es que tenga debilidad por ella, que la tengo, pero objetivamente creo que es una mujer todo terreno capaz de muchos logros desde la discreción. En este caso su composición del personaje es impecable.

Se sabe de lo que se habla en la película y también se conoce el entorno bastante bien. Su ambientación y su propuesta de interiores es ampulosa y apropiada, no hay “chichinado”, su refinamiento es “real”. Todo en ella está bien, quizás un poco en su contra, lo que cuenta no nos resulta, como hemos dicho anteriormente, ni demasiado novedoso y tampoco aporte nada especial. Y me llama la atención que la academia italiana prefiriera darle el premio a la mejor película a “El capital humano” por encima de “La gran belleza”, que eso es cuestión de gustos, pero aclarar que no es que haya sido descabellado pero sí desproporcionado, al menos para mí. Pero que quede claro que defiendo “El capital humano”, pertenece a esa clase de películas, como “El capital” de Costa- Gavras, que tarde o temprano servirán para ilustrar esta época oscura y vergonzante que estamos padeciendo.

Critica 2

Es la sociedad que nos quita la poca capacidad de asombro que nos queda o es el director que manipula con puño firme y frialdad a un público que en su mayoría esta al costado del camino contemplando, criticando o justificando en base a la era en que vivimos ?

Pregunta que surge a lo largo de todo el film. Una película que no es necesariamente 'italiana' sino universal, si mas cerca de una clase alta o muy, lo que no excluye el sentimiento de pertenencia en cuanto a moralidades o valores se trate.

El film comienza de una manera ingeniosa y ambigua, características que notaremos en el gran giro - el primero y único-, pero si sabemos 'ver', los elementos están echados sobre la mesa, como las cartas. Nada indica lo que vendrá ni de que forma, pero si se capta desde el vamos que el grosero y chabacano interés esta por sobre todas las cosas y personas, que los lazos de afecto se entreveran y mezclan casi a la perfección con el provecho. Solo falta decidir quien es víctima y quien victimario.

Una puesta en escena fría, donde los tonos celestes y grises de la fotografía acentuaban la falta de compasión de esa sociedad, de esas familias en cuestión, en donde el único momento de pasión fue mostrado desde la locura y no desde una elección coherente y amorosa basada en lasos firmes y humanos

Planos generales que describen la distancia enorme que los separa y si bien el espectador aparece como un vouyer del film, es imposible mantenerlo al margen. Mira cada acto como lejano pero los justifica en pro de un mundo que los devora y del que se hace imposible salir. En una escena la esposa del protagonista le dice a este 'festejan que se salvaron a costas de un país fundido' se me vino a la mente la frase de un actor que hace pocos días escuche, 'o nos volvemos humanos u nos convertimos en una financiera'.

Volviendo al principio, insisto que el director manejo al espectador, ninguno de nosotros sale herido, nuestra moral se ve desvirtuada y ni siquiera nos importa.

Excelente film, adecuado momento para verlo. Así sabremos nuestro precio

Critica 3

Un automóvil atropella a un desgraciado ciclista que venía saliendo de su trabajo en la víspera de navidad, el auto se detiene unos segundos y continúa su camino, el hombre queda al borde de la calle muy lastimado. Posteriormente mediante tres capítulos y uno final, se narra la forma en como las familias Ossola y Bernaschi se relacionan entre sí, los primeros son de clase media, mientras los segundos son de clase alta.

Los primeros tres capítulos narran los puntos de vista respectivamente de Dino Ossola (Fabrizio Bentivoglio), Carla Bernaschi (Valeria Bruni Tedeschi) y Serena Ossola (Matilde Gioli), sobre los eventos acontecidos en un lapso de tiempo que desencadenan en el accidente del ciclista. Un recurso si bien no es algo nuevo, cuando está tan bien hecho da gusto verlo, este es el caso, porque la película no deja de sorprendernos una y otra vez.

Il capitale umano arrasó en la edición 2013 de los Premios David di Donatello a lo mejor del cine italiano, sorprendiendo su triunfo sobre la vitoreada La grande bellezza, si bien hay sorpresa debo de admitir que si un trabajo le podía quitar el triunfo era este. El guión escrito a tres manos basado en una novela de Stephen Amidon no deja vacío alguno, logra compenetrar al espectador totalmente.

El film tiene la virtud de desenvolverse de forma agraciada, la dirección de Virzì es espectacular, algunas tomas son muy trabajadas, basta ver la escena inicial. La narración no se entorpece en ningún momento gracias a la fluidez en cómo se trata todo. Por otro lado, las actuaciones del elenco son soberbias, cada personaje cumple a cabalidad su trabajo, se nota que cada quien entiende su papel, mi favorito quizá por el tipo de personaje es Bentivoglio.

A destacar también la crítica que hace a la situación económica italiana, a como se mueven las finanzas y las especulaciones. Pero sobre todo a la existencia de una sociedad a la que solo le importan las apariencias, que no le interesa el mal ajeno si ellos están bien, y donde una persona tiene un simple valor numérico traducido en dinero.

Critica 4

El mundo está en manos de los sempiternos machos prepotentes, codiciosos, vulnerables, majaderos, grandilocuentes, manipulables, fatuos, engreídos, inseguros, fornicadores y dominantes, pero siempre hay a mano alguna mujer (por regla general) que les saque las castañas del fuego o les redima o les acompañe o les resuelva todo el infortunio, devastación y desconsuelo que generan sus delirantes desmanes y loca autosuficiencia. Menudos peleles que – apenas destetados – se creen los amos del mundo pero que sucumben a la necesidad de la mano infalible que les perdone y tape sus vergüenzas.

Estamos ante un afilado retrato o autopsia de la clase alta – pero también de la clase media con ganas de alcanzar las alturas siderales que creen tanto más deseables y apetitosas que sus propios afanes no menos mezquinos, turbios y alienantes. El que estemos en Italia y todo sea reconociblemente mediterráneo, embriagador y bullanguero, no le quita un ápice a su carácter universal, radiografía del culto al dinero – a amasar dinero, de la forma que sea, como un fin en sí mismo – y de las servidumbres y bajezas que conlleva. Hay un empacho de situaciones y personajes reconocibles, en su atildada soberbia, en su inexorable y avasallador impulso de atropellar al prójimo, en personajes gafados desde pequeños pero que absolvemos porque ni son ricos, ni son poderoso, ni se creen intocables.

Porque el pecado original es y será siempre el dinero. Tenerlo, desearlo, buscarlo, perseguirlo, ostentarlo, acumularlo… El dinero es sucio, es el mal con mayúsculas y su sola mención todo lo corrompe, devalúa y deteriora. Ya ni prestamos atención a ese apriorismo, tan interiorizado como está en nuestra sociedad. Cuando el dinero sólo es un medio de pago, un mero instrumento, agnóstico e inocente, olvidándonos que lo deleznable son algunas actuaciones o procesos que puede desencadenar. Execramos el dinero porque es más fácil echarle la culpa a una entelequia o abstracción llena de inmemoriales estigmas, en vez de mirarnos a nosotros mismos y denunciar nuestra propia codicia insaciable y censurar nuestros instintos más deleznables.

Esta inquietante película, con un férreo guión y excelentes interpretaciones (sobre todo de una espléndida Valeria Bruni Tedeschi, en encomiable madurez física y artística) aborda con éxito todos los muchos temas que plantea: las quebradizas relaciones familiares, la omnímoda idolatría del dinero, las lacerantes contradicciones entre apariencias y realidad, la seducción contumaz por lo ajeno, etc. Un primoroso juego de espejos que nos refleja nuestra suciedad sin máscaras ni alharacas. Un prodigio muy recomendable.

Critica 5

Grandisimo drama sobre las relaciones interpersonales y la codicia humana. Es un elegante thriller filmado con mano dura al momento de poner la cámara en el lugar exacto, exigirle lo mejor a los actores e imprimir un ritmo asombroso. El casting está sensacional, todos nos regalan actuaciones redondas y profundamente convincentes. El mayor acierto de Virzi sin embargo, es hablarnos de muchas cosas, el amor, infidelidad, codicia, destino, muerte, etcétera. Y, para el final, nos deja una reflexión asombrosa sobre la crisis económica actual y de paso le da una bofetada a las aseguradoras internacionales. Un producto cinematográfico moderno, preciso y sumamente entretenido. No se la pierdan.

Critica 6

La décima película del director italiano Paolo Virzì presenta una pléyade de personajes inmersos en la podredumbre vital. Integrados en una sociedad que asciende a quienes buscan el enriquecimiento, el cual se constituye en el objetivo vital que justifica la creación de todas las burbujas necesarias.

A ritmo de suspense, creando una intriga muy atractiva, «El capital humano» gira en torno a un accidente de circulación en el que un ciclista es arrollado por un todoterreno a gran velocidad. A partir de un guión estructurado en tres capítulos y un epílogo que sirve al excelente retrato de personajes, incide en la mercantilización de nuestro entorno. Algo ya anunciado por un título que alude al valor de capitalización de una vida en cálculos del sector de Seguros.

Si bien es justa la lectura de que el origen de la crisis económica reside en ardides de tiburones financieros, bien es cierto que dicha cuestión ha sido abordada ya, al igual que las nefastas consecuencias para el ciudadano de a pie, por ejemplo en «Los fenómenos». Es sumamente interesante el enfoque novedoso que aporta aquí Virzì. Creando gracias a la interpretación de Fabrizio Bentivoglio, una fantástica semblanza de la miseria de una persona común que, este sí, pretendió vivir por encima de sus posibilidades, al abrigo de potentados mucho menos mediocres que él, y con los que comparte el desprecio por valores como la protección a la mujer gestante o a la propia progenie.

Es asimismo relevante la presentación de los diferentes precios que pagan diferentes ciudadanos por cometer un mismo error, en función de su estatus social e, incluso, de su catadura moral, de modo que a menos escrúpulos, menos pena. De una sociedad con códigos propios en la que abunda el abandono del barco que se hunde. De la capacidad de salir de pie de los tramposos que no conocen ni a sus hijos, y como mucho sufren pena de telediario.

Junto a la de Bentivoglio, «Il capitale umano» cuenta con una serie de actuaciones muy destacables. Partiendo de Fabrizio Gifuni como gurú económico y de Valeria Bruni, como mujer florero de la que sólo se espera belleza siempre disponible. Pasando por la magnética Valeria Golino, directora de «Miele». Y llegando a la gran actuación de Matilde Giolli, espléndida incluso por encima de los jóvenes secundarios Guglielmo Pinelli (ese hijo malcriado y quizá no tan sobreprotegido a quien es fácil condenar) y Giovanni Anzaldo (esa acusada personalidad). Como la decadente figura del profesor universitario creada por el gran Luigi Lo Cascio de «La meglio gioventù», alguien tan brillante como débil en lo afectivo y paródicamente artístico.

Un arte que cae presa de la especulación y es pasto de la burbuja inmobiliaria en una ciudad de la orgullosa Lombardía italiana. Donde está rodada esta fantástica cinta, en Varese, en Como y en la capital, Milano.

Me ha gustado «Il capitale umano». Intriga y personajes actuales. Entretenimiento y emoción.

Critica 7

Dentro del poco cine italiano que nos llega a España al menos podemos disfrutar de sus propuestas más interesantes aunque sea con algún año de retraso. Ejemplo de ello es la interesantísima película ‘El capital humano’ de Paolo Virzi, una película sobre la miseria humana y la decadencia del país durante la actual crisis económica. Un film que nadie debería perderse y que obtuvo 7 David di Donatello –incluido el de mejor película y mejor guion– y 19 nominaciones en 2013.

Paolo Virzi (Livorno, 1964) es un guionista y director de cine italiano algo irregular, pero considerado en Italia como uno de los mejores guionista y narradores de la comedia clásica italiana. Ganador del David di Donatello a mejor director revelación por ‘La bella vita’ en 1994 destaca por sacar lo mejor alrededor de las actrices a su cargo, especialmente a las intérpretes de reparto de sus films (Nicoletta Braschi, Margherita Buy, Sabrina Impacciatore, Sabrina Ferilli, Micaela Ramazzotti, Federica Votoria Caiozoo y ahora Valeria Bruni Tedeschi y Valeria Golino), quienes suelen ser nominadas o premiadas.

‘El capital humano’, además de un término de la casuística del mundo de las aseguradoras, es un notabilísimo film y uno de los mejores films de la cartelera actual, algo que no debería pasar desapercibida por aquellos que busquen algo más allá del mero entretenimiento. En ella y con guion del propio Paolo Virzi junto a Francesco Bruni (su guionista de cabecera y amigo) y Francesco Piccolo, adaptan la novela homónima del autor norteamericano Stephen Amidon (Human capital). El film comienza con un fatal accidente de un ciclista para a continuación volver días atrás y contar la historia desde los tres puntos de vista de los tres personajes más importantes de la trama, para finalizar con un último capítulo sobre la resolución del caso. Recordando el formato que realizó el maestro Akira Kurosawa en su ‘Rashomon’ vamos conociendo la historia en tres capítulos y un capítulo desenlace. El capítulo primero es a través de los ojos de Dino Ossola (Fabrizio Bentivoglio), un ambicioso agente inmobiliario y padre de familia de clase media, charlatán y aprovechado, que tratará de beneficiarse de la relación que mantiene su hija con el hijo de un millonario con el fin de entrar en el fondo de capital privado de grandes rentabilidades que gestiona Giovanni Bernaschi (Fabrizio Gifuni), sólo al alcance de la clase alta italiana. El segundo capítulo se centra en el gran personaje de Carla Bernaschi (Valeria Bruni Tedeschi), mujer florero con inquietudes filantrópicas que tratará de salvar de la demolición un antiguo teatro de la localidad donde residen. El tercer capítulo se centra en Serena Ossola (interpretado por la lolita italiana Matilde Gioli), hija de Dino y novia del egocéntrico y caprichoso Massimiliano Bernaschi (Guglielmo Pinelli), una joven arrastrada por un mundo capitalista pero con buen corazón y quién tratará de ayudar a un joven con problemas de integración en la sociedad. Toda la historia convergirá en el desgraciado accidente inicial dando lugar al capítulo final: El capital humano.

La película, originalmente desarrollaba en Conneticut, busca a través de la comedia y del drama mostrar la valía de las personas y su ambición. Un retrato oscuro pero sincero y categórico sobre una sociedad liderada por la especulación. Un mundo donde las apariencias, los negocios oscuros y las falsedades han regido su devenir hasta alcanzar la situación conocida por todos de catarsis del sistema capitalista. Una criminalidad financiera de la que muchos hicieron gala para fines propios a costa de países, bancos y empresas públicas. Fascinante la interpretación de muchos de ellos, sobre todo la de Valeria Bruni Tedeschi y Fabrizio Bentivoglio, premiada la primera junto a Valeria Golino (interpretando a la mujer de Dino) y Fabrizio Gifuni. Un film que dará que pensar sin centrarse en la crisis financiera como tal, sino en la crisis ética de la clases altas y sus valores inmundos. La música –a cargo de Carlo Virzi- es francamente interesante aportando junto a un guion excelente y un montaje igual de efectivo un triunvirato que aporta al film la clase que implementan los actores. Quizás uno de los capítulos pierde algo de interés, el tercero concretamente, pero en conjunto forman un muy notable film con secuencias muy llamativas. Brillante.

Lo mejor: Valeria Bruni Tedeschi y el excelente guion donde se muestra la podredumbre humana.

Lo peor: La interpretación de Guglielmo Pinelli.

Critica 8

La película es muy buena: una gran historia, una factura técnica impecable y unos actores soberbios. Todo esto se ha dicho ya aquí, muy bien dicho, y concuerdo plenamente en los elogios. Por mi parte solo quiero resaltar lo que más me gustó.

- Valeria Bruni. En su papel de mujer florero que no se atreve a dejar de serlo. Está realmente espléndida. En el film vive casada con un rico hombre de negocios, frío como el hielo por el que es imposible sentir el más mínimo afecto. Ella no le ama y sufre. Como hijo orgulloso y resentido de la clase obrera que soy, mi natural me lleva a despreciar a este tipo de personas y lo que me sale es algo como: “Sal de ahí y vive tu vida, zorra, déjate ya de tanta tontería”. Sin embargo, ella compone una mujer tan sola, triste, frágil, ansiosa, perdida, desamparada y llena de buenas intenciones que no puedes más que sentir compasión. Memorable la escena en que se gira para besar a su marido. Lamentablemente, la película nos muestra que nunca será capaz de abandonar la jaula dorada.

- Fabrizio Bentivoglio. En su papel de repugnante trepador social. También está magnífico. Es difícil imaginar un personaje más rastrero, lameculos, pelota, ruin, traidor, egoísta, mentiroso, oportunista, siempre al acecho a ver donde puede sacar tajada. En realidad es igual de miserable y sin alma que el marido de Valeria Bruni. Solo que el primero es pobre y vulgar, una víbora común, y el segundo tiene clase y dinero de sobras, un tiburón de buen tamaño. En esencia son iguales: los dos te morderán a la mínima oportunidad (y no la van a dejar pasar) sin sentir el menor remordimiento. Sorprende y descorazona que su mujer, una psicóloga dulce y honesta, le quiera. Es evidente que no se da cuenta del bicho que tiene por marido, la ciencia y el amor juntos y tan cerca que no ven nada. Que triste que las cosas sean así.

- El consejo de administración del futuro teatro. Ahí el director se ensaña a gusto y compone una auténtica corte de los milagros, un retrato despiadado de una supuesta clase intelectual. Todos aparecen rastreros y viles. Si eso es lo que nos hemos perdido no hay gran diferencia entre tener un teatro o una hamburguesería, casi mejor la hamburguesería. Esta corte es solo una anécdota en el conjunto de la película, pero una anécdota de gran enjundia, de ella sale el escritor, un tipejo miserable que adula e insulta a su amada-mecenas por los mismos hechos según le convenga.

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