Organizaciones y modernidad: continuidad y discontinuidad en la teoría de la organización

ORGANIZACIONES Y  MODERNIDAD: CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD EN LA TEORÍA DE LA ORGANIZACIÓN

Michael I. Reed

La discontinuidad ha sido el tema dominante o problemático en la teoría de las organizaciones en las últimas dos décadas. Este período se ha caracterizado por un discurso que pone énfasis marcado en la discontinuidad teórica y estructural. Tanto en términos de las construcciones intelectuales a través del cual las organizaciones y la organización se analizan, y en relación con las nuevas formas institucionales que los intentos de este último a la captura, el tema recurrente es uno de los profundos, las transformaciones fundamentales de un verdadero "cambio de paradigma", que rompe con el pasado y el patrimonio intelectual acumulado (Reed, 1.991a).

El ejemplo más obvio de esta "celebración de la discontinuidad en teoría de la organización es la intrusión relativamente reciente del pensamiento posmoderno con el discurso contemporáneo. Pero esto no es más que uno - si los más visibles y dramáticos - ejemplo de una serie continua de las intervenciones en la teoría de la organización en los últimos 20 años más o menos que o bien han supuesto o exigido una fundamentales de romper con el pasado en términos de marcos analíticos preferido y se proyecta formas institucionales. Etnometodología, la teoría del proceso de trabajo, el análisis post-estructuralista, el análisis simbólico y cultural, por nombrar sólo algunos, han competido por nuestra atención como las perspectivas o enfoques que significan el agotamiento intelectual de la ortodoxia funcionalista y la explosión de lenguajes alternativos y problemáticas que lo que ha facilitado .

Esta proliferación de perspectivas teóricas y enfoques ha ido acompañado de un creciente interés y apoyo para el análisis de la evolución de las formas de organización que socavan las teorías evolutivas de las instituciones de desarrollo internacional que asumen como: tendencia inexorable en la dirección de la racionalización formal y la centralización burocrática. Si bien teoría de la organización dominante supone que la trayectoria subyacente de desarrollo institucional en las sociedades industriales y postindustriales necesariamente  ha producido más alta "organización" de los sistemas socioeconómicos, el reciente debate y el análisis se ha centrado en la " dinámica  de desorganización " inherente a los cambios estructurales a largo plazo.

El Post-fordismo, el capitalismo desorganizado y el posmodernismo tiene - de maneras muy diferentes y  anticipando tipos muy diferentes de los resultados socioeconómicos, políticos y culturales - todos desafiaron la opinión ortodoxa de que las sociedades modernas son necesariamente estructuradas en torno a los principios de organización basada en la integración y los mecanismos regulativos proporcionados por la burocracia racional. De hecho, el surgimiento de una "nueva ortodoxia" que hace hincapié en la necesidad ineludible de formas de organización mucho más flexible, y el impacto de la fragmentación que este ejerce sobre las estructuras y prácticas establecidas, se ha fijado la agenda para el debate sobre la dinámica y la dirección del cambio organizacional en la década anterior (Thompson, 1989; Reed, 1991b).

Por lo tanto, la decadencia, por no decir la descomposición, de la 'gran' o 'meta' narraciones que se supone que han estructurado "el desarrollo de la teoría de la organización como un área significativa y relevante de la labor científica social se ha convertido en uno que se da por concedida suposición (Burrell, 1990). Una concepción de las organizaciones como la encarnación institucional de la difusión de la racionalidad instrumental o funcional en las sociedades modernas y los beneficios que se espera que surgen de este proceso en términos de progreso material sostenido y el progreso social - ha sido reemplazado por una concepción que hace hincapié en la capricho innata y la incertidumbre de la vida organizacional en todas sus múltiples formas (Cooper, 1990a). En particular, el impulso totalizante que se supone que ha sustentado gran parte de "moderna" teoría de la organización-el impulso hacia una teoría general que abarque todos - ha sido sustituido por una dinámica de fragmentación que inexorablemente empuja en la dirección de la pluralidad, la ambigüedad, la contingencia y arbitrariedad. El abrazo totalizante de la modernidad ha dado paso a la promesa embriagantes del demiurgo posmodernista.

Un número de intentos se han realizado recientemente para resistir los "subversivos"
movimientos intelectuales y. para recuperar 'el mundo que hemos perdido "
(Donaldson, 1985; Hinings, 1988). Sin embargo, el espíritu intelectual vigente
y dirección en la teoría de las organizaciones contemporáneas son en gran medida simpática
y de apoyo de la "celebración de la discontinuidad" y la supuesta
la transformación de los marcos conceptuales y las agendas de fondo que
esto ha hecho posible. Un gran relato en forma de una fe subyacente
en la razón, el progreso y la objetividad científica ha dado paso a una cacofonía
de voces que ya no comparten un sentido de compromiso intelectual colectivo, y mucho menos se identifican con un proyecto común y la tradición teórica.

La pluralidad, la relatividad y la inconmensurabilidad - en lugar de consenso,
la objetividad y la racionalidad - se toman como las características definitorias del
mundo intelectual que habitan teóricos de la organización. El propósito de este capítulo es proporcionar una visión general de estos acontecimientos y una crítica de los argumentos de quienes han sido los más vociferantes en la articulación de la "tesis de la discontinuidad en teoría de la organización contemporánea.

También sugieren que hay muy definido
continuidades en las formas de análisis y las preocupaciones de fondo entre los «antiguos»  y la "nueva" teoría de la organización, situación que ha de ser entendida en términos  de los criterios y prácticas colectivas que ésta pone a su disposición como  una comunidad de investigación. Estas continuidades - y sus implicaciones para la evaluación de la condición a menudo actual y las perspectivas futuras de la organización teoría - sólo se puede recuperar y evaluar si los debates contemporáneos  y las tendencias se encuentran dentro de una problemática más amplia centrada en el papel estratégico de las organizaciones modernas para facilitar la globalización y  radicalización de la "modernidad". Además, el capítulo a argumenta que el 'Proyecto modernista ", que informó a la aparición de la teoría de las necesidades de la organización debe ser interpretado y evaluado, en términos bastante diferentes a los propuesto por los defensores de la vuelta del 'posmoderno' en la organización de la Teoría (Gergen, 1992). En lugar de enfatizar la totalización o universalizar  abrazo endémicas al pensamiento modernista y el análisis, este capítulo la tensión de las contradicciones subyacentes y las tensiones inherentes a la proyecto modernista y su pertinencia para evaluar el futuro
desarrollo de la teoría de la organización.

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