Terapia Conductual

TERAPIA CONDUCTUAL Y PERSPECTIVA COGNOSCITIVO-CONDUCTUALES

Los principales fundamentos teóricos del movimiento de la terapia conductual fueron el condicionamiento plavloviano y la teoría del aprendizaje de Hull. Han sido muchas aportaciones las que se han hecho a la terapia cognitivo-conductual, entre ellas se encuentra Wolpe que comenzó a experimentar con la reducción de temores en seres humanos haciendo que los pacientes imaginaran las situaciones en las que ocurrían sus temores, a este fenómeno se le denominó desensibilización sistemática, que al igual que el recondicionamiento de Jones, lo que proporcionó fue una demostración práctica de la forma en que podían aplicarse los principios del aprendizaje dentro de ambientes clínicos.

Dentro de las terapias conductuales se han desarrollado diferentes técnicas que en su mayoría han favorecido para que esta terapia se considere relevante en muchos trastornos o problemas.

La primer técnica es la de relación, esta contribuye de manera importante en el éxito de la terapia conductual, lo que sugiere es que no se pueden ignorar los aspectos de la relación como elementos que contribuyen al éxito de la intervención terapéutica, es decir, la terapia no tendrá éxito si el paciente no cree en ella o supone que de nada servirá.

Cabe destacar que los terapeutas conductuales no sólo emplean una gran variedad de técnicas dependiendo de la situación de cada paciente, sino que puede ser que para el mismo paciente se usen diferentes técnicas dependiendo del proceso general del mismo.

La desensibilización sistemática es otra técnica muy utilizada dentro de este enfoque, esta se aplica cuando el paciente tiene la capacidad para resolver de manera adecuada una situación en particular, pero a pesar de ello reacciona con ansiedad, temor o evitación a la misma. Dicha desensibilización comienza con la recopilación de una historia acerca del problema del paciente, esto es principalmente para saber la fuente de ansiedad de mismo, principalmente esto se consigue a través de entrevistas o cuestionarios. Seguido de esto se le explica al paciente el problema, esto con la finalidad de convencerlo de la eficacia de la desensibilización. Posteriormente se debe establecer una jerarquía de ansiedad, que consiste básicamente en que el paciente seleccione los temas que le causen mayor ansiedad y los ordene de mayor a menor ansiedad, según sea el caso. Por último se inicia el entrenamiento de relajación, aquí se le enseña al paciente a tensar y relajar grupos particulares de músculos y después a distinguir las sensaciones de relajación y tensión, este entrenamiento se lleva a cabo durante seis sesiones mínimo. Esta técnica ha demostrado grandes resultados en tratamientos para fobias, trastornos de la ansiedad, agorafobia, fobia social, trastornos por estrés postraumático y en trastornos obsesivo-compulsivos.

Otra técnica es el ensayo conductual que consiste en aumentar el repertorio de conductas de enfrentamiento del paciente, ésta se ha presentado con técnicas como el psicodrama o la terapia de rol fijo.

El entrenamiento en asertividad es otra técnica que originalmente se diseñó como tratamiento para personas ansiedad parecía derivarse de su modo tímido de enfrentar las situaciones, aunque en la actualidad también se ha utilizado en el tratamiento de problemas sexuales, depresión y conflictos matrimoniales. La finalidad de este método es entrenar a las personas para que expresen cómo se sienten sin pisotear los derechos de las personas que la rodean.

El manejo de contingencias tiene como objetivo controlar la conducta a través de manipular sus consecuencias. Existen muchas formas en el manejo de contingencias, pero solo se mencionarán las siguientes: moldeamiento, tiempo fuera, contrato por contingencias y regla de la abuela. También está la técnica de economía de fichas, que sirve para modificar la conducta de las poblaciones institucionalizadas, como la de las personas con deficiencia mental o pacientes con enfermedades mentales crónicas. Para esta técnica se deben tener en cuenta tres consideraciones importantes, la primera es una especificación clara y cuidadosa de las conductas deseables que se reforzarán, el segundo es decidir acerca de un reforzador o medio de intercambio y por último se establecen reforzadores de apoyo.

La terapia aversiva, no es un solo tipo de terapia, sino una serie de procedimientos que se aplican a conductas consideradas indeseables, esta consiste en aplicar un estímulo aversivo para inhibir una respuesta emocional indeseable, con lo cual se disminuye su fortaleza de habito. Se ha utilizado para enfrentar problemas como la obesidad, el alcoholismo, tabaquismo y desviaciones sexuales. Dentro de los agentes aversivos que se

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