Escuelas Domiciliarias
soledad160422 de Octubre de 2013
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Delimitación del tema y problema a tratar:
¿Cómo se realiza la evaluación en las escuelas domiciliarias?
¿Se realiza de la misma forma que en una escuela común?
Fundamentación del problema:
Consideramos que la educación domiciliaria, tiene gran cantidad de dificultades, más aún que una escuela común. Por ello es que nos interesa saber de qué manera se realiza la evaluación, la cual es el resultado del proceso enseñanza- aprendizaje. Saber cuáles son los impedimentos, cuáles son los aspectos negativos y positivos para llevar a cabo dicha enseñanza.
Objetivos del proyecto: qué se espera resolver o conocer.
• Nuestro objetivo será conocer la forma en la cual se evalúa a un niño que recibe educación de forma domiciliaria.
• Saber cómo funciona esta modalidad.
• Conocer como se realiza el proceso para acceder a este tipo de educación.
Formulación de hipótesis
- Nosotros consideramos que en el caso de la escuela domiciliaria, resulta difícil la evaluación del alumno, ya que no se conoce el tiempo que se trabajará con el mismo.
- Nuestra incógnita es saber qué sucede cuando el niño no cumple el período bimestral, cómo se califica.
- Consideramos que la relación enseñanza- aprendizaje resulta dificultosa debido a que el niño no asiste regularmente a clases.
Explicitación del Marco Teórico
En primer lugar, nos interiorizaremos acerca de la modalidad de la Escuela Domiciliaria, qué abarca, cómo se lleva a cabo la enseñanza, cuáles son los requisitos para solicitarla.
Luego, nuestro interés se enfocará respecto de la forma de evaluar en la Escuela Domiciliaria, seguiremos la línea del Diseño Curricular, el cual nos informa la importancia de cómo llevar a cabo una evaluación propiamente dicha, quienes intervienen y para qué se evalúa, realizando una articulación con la modalidad correspondiente.
Escuelas Domiciliarias
Tres escuelas domiciliarias brindan servicios educativos en los niveles inicial, primario, medio, artística y talleres, a los alumnos que se encuentran temporal o permanentemente imposibilitados de acceder a las unidades educativas, comunes o especiales, del nivel, por verse afectados de enfermedades comunes, afecciones congénitas, funcionales, accidentes, etc. La atención pedagógica se presta en domicilios particulares, hoteles, pensiones, hogares, niños y jóvenes en situación de riesgo bajo programas de identidad protegida, niños y jóvenes bajo programas de recuperación de adicciones y programas de prevención de la violencia, debidamente justificados, que le imposibiliten asistir con regularidad a establecimientos educativos del sistema. En estas escuelas domiciliarias se asiste en forma sistemática a alumnos con residencia en la jurisdicción, derivados de escuelas comunes, de recuperación, especiales, de centros asistenciales, u otros centros o instituciones reconocidos.
La escuela domiciliaria
Hay niños que tienen alta hospitalaria y no médica. Hay niños que sufren enfermedades crónicas por las que no pueden concurrir a las escuelas pero no están hospitalizados. Para ellos existen en todo el país las escuelas domiciliarias.
Sus objetivos son similares a los de las escuelas hospitalarias, pero la dinámica es completamente distinta: a diferencia de las escuelas comunes, las maestras son quienes se desplazan a los hogares de los niños enfermos. En esta situación de aislamiento, estos niños, que en rigor son alumnos de la institución “escuela domiciliaria”, rara vez pueden sentirse parte de un grado o una escuela.
Por eso, los objetivos de estas escuelas difieren levemente de los de las escuelas hospitalarias:
• Evitar retrasos escolares.
• Aliviar la ansiedad a lo largo de la enfermedad.
• Mejorar la calidad de vida del niño.
• Facilitar su integración al grupo de clase.
• Coordinar sus actividades con las de la escuela de origen.
Articulación con la escuela de origen:
El 13 de mayo de 1986, el Parlamento Europeo aprueba la Carta Fundamental del Niño Hospitalizado en la cual se plantea como pilar el derecho a la educación del niño hospitalizado durante su internación y su continuidad en la escuela. A partir de ello, se elabora una normativa esencial para la consideración del niño internado, redactándose los Derechos del Niño Hospitalizado.
La enfermedad, los efectos del tratamiento, la hospitalización, le significa perder al niño la asistencia regular a la escuela, sus actividades habituales deportes y otras, que forman parte de la cotidianeidad de su vida. Sabemos que el juego y la escuela cumplen un rol fundamental en la vida de los niños ya que son fuente de aprendizaje y constitutivos de su subjetividad. Las escuelas hospitalarias y domiciliarias, como instituciones sociales, cumplen un rol decisivo desde el abordaje pedagógico y la adecuación de sus estrategias para favorecer, luego del alta médica, posibilidades de integración al sistema educativo.
Este proceso de articulación- integración tiene características singulares involucrando a todos los protagonistas participantes en la atención y acompañamiento del paciente- alumno (pediatra, psicólogo, enfermero, asistente social y otros). Desde el equipo de educación (pedagogo hospitalario, otros docentes, equipo directivo de ambas escuelas y docentes receptores de esta inclusión) como también la familia en un rol protagónico de acompañamiento de todo el proceso. Para llevar a cabo una propuesta articulada entre ambas escuelas, las de origen y la domiciliaria u hospitalaria, se requiere una tarea pensada y planificada como acuerdo de los profesionales participantes. La articulación es un proceso dinámico que estará sujeta a modificaciones, cambios, transformaciones, las veces que lo requiera, sin perder de vista el niño enfermo hospitalizado o ambulante.
La evaluación didáctica
Evaluar, tal como la palabra lo sugiere, significa valorar, establecer un criterio de valor acerca de algo. En la vida cotidiana constantemente se está evaluando, aun sin ser consciente de ello. Evaluar supone tomar cierta distancia de las situaciones, para entenderlas y juzgarlas. Ese juicio se organiza desde de la diferencia entre lo esperado y lo acontecido, entre los puntos de partida y los puntos de llegada.
Encarar la evaluación en el Nivel Inicial, como en los otros niveles del sistema, implica el reconocimiento de esta instancia como parte fundamental del proceso educativo. La evaluación “procura entender y valorar los procesos y resultados de un programa educativo” . La evaluación es un proceso social continuo que, partiendo del análisis de la práctica educativa, permite tomar decisiones fundamentadas para reorientarla.
La evaluación es un instrumento utilizado por el Estado a fin de validar socialmente el aprendizaje realizado por los alumnos. Desde este lugar la evaluación puede ser considerada una forma de ejercer el “poder”, a través del control que se establece sobre los resultados de las acciones educativas.
Los docentes evalúan aquello que han privilegiado en su tarea de enseñanza. Lo privilegiado está fuertemente determinado no solo por lo que se establece desde lo curricular, sino por las representaciones sociales que los maestros tienen acerca de la función que cumple el nivel educativo en el que se desempeñan.
Para qué se evalúa
Se evalúa para tomar decisiones en relación con aquello sobre lo que se propone intervenir o incidir. (…) La evaluación permite, asimismo, recuperara experiencias positivas o negativas, de manera de apropiarse de los motivos que les dieron lugar. Esta reflexión acerca de lo sucedido o realizado, de los procesos que tuvieron lugar, permite aprender no sólo del error sino también de los aciertos.
Se evalúa para comunicar. Los resultados de tarea dentro de la institución deben ser comunicados a los otros. No sólo porque se debe “rendir cuentas” de las responsabilidades asignadas, sino porque como sistema cada elemento de la institución influye sobre los demás, por lo tanto, no es posible actuar como compartimiento estanco, puesto que lo realizado y la forma cómo se realiza opera sobre todo el resto.
Quienes evalúan
Todos los miembros que directa o indirectamente participan del acto educativo.
Evalúan los niños. Desde sus propias posibilidades, haciendo escuchar su voz acerca de las propuestas docentes, sobre su propio desempeño como alumnos y como miembros de un grupo. Evalúan los logros y las dificultades, establecen propuestas para superarlas. Los niños no sólo pueden evaluar su propia tarea, sino que de continuo hacen señalamientos sobre la labor docente, que no se refiere únicamente a lo que les gustó o no, sino a las razones de sus apoyos y críticas. Prestar atención a lo que dicen,
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