Estrategias de Gerencia Educativa

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Ensayo sobre Estrategias de Gerencia Educativa

Figueroa, Dayana. 11.918.450

Lucena, Liliana. 19.424.765

Ojeda, Susan.12.474.793

Peck, Eglee.12.155.645

Caracas, 07 de septiembre de 2022

Facilitador: Dr. Pedro Gutiérrez Leal

Las estrategias de gerencia educativa actualmente desempeñan una tarea de gran importancia para el logro y funcionamiento efectivo de la estructura organizativa de las instituciones, pues requiere de la actualización constante de nuevos enfoques para el logro de la calidad educativa bajo un clima organizacional armónico. El propósito del siguiente ensayo tiene como finalidad principal cumplir con los contenidos del curso de Estrategia de Gerencia Educativa, cuyo objetivo general es formular de manera innovadora, ética, racional y científica planes estratégicos para instituciones educativas modernas, estableciendo la relación entre la gestión estratégica y la productividad en la educación. Para llevar a cabo el desarrollo del diseño instruccional del curso, se realizó un análisis grupal de los temas diseñados en el plan donde se describe, caracteriza y analiza el proceso de gestión estratégica, la cultura organizacional, los modelos estratégicos, sus áreas funcionales. De igual forma, se presenta un análisis de la estrategia y la competitividad por medio de planes estratégicos de instituciones educativas.

Para autores como Lugo y  Luque (2008), citado por Álvarez (2014) la Gerencia Educativa está concebida como el proceso por el cual se orienta y conduce la labor docente y administrativa de la escuela y sus relaciones en el entorno, con miras a conseguir los objetivos institucionales mediante el trabajo de todos los miembros de la comunidad. De esta manera, se brinda un servicio de calidad y es posible coordinar las distintas actividades y funciones de los miembros hacia la obtención de proyectos comunes. Desde este punto de vista, Álvarez (2014) expresa que la gerencia educativa es muy distinta al enfoque que se le da a la gerencia empresarial, ya que esta primera, es un proceso de coordinación en una institución educativa que se realiza por medio del ejercicio de habilidades directivas encaminadas a planificar, organizar, coordinar y evaluar la gestión estratégica de aquellas actividades requeridas para alcanzar la eficacia pedagógica, la eficiencia administrativa, la efectividad comunitaria y la trascendencia cultural.

Partiendo del aporte anterior, la gerencia educativa adquiere mayor sentido como Gestión Estratégica cuando se conjugan las capacidades y habilidades de los actores, las estrategias que utilizan, la actitud que asumen y las competencias que han desarrollado para enfrentar los desafíos que se presenten. Pozner (2003) citado por Farfán y Reyes (2017) refiere que la gestión educativa estratégica vendría siendo:

[…] una nueva forma de comprender, de organizar y de conducir, tanto al sistema educativo como a la organización escolar pero esto sólo es así cuando el cálculo estratégico situacional y transformacional se reconoce como uno de sus fundamentos y sólo en la medida en que éste precede, preside y acompaña a la acción educativa de modo tal que, en la labor cotidiana de la enseñanza, llega a ser un proceso práctico generador de decisiones y de comunicaciones específicas.

Para Cejas (2009), los procesos de gestión son el conjunto de acciones de planteamiento, organización, dirección de la ejecución, control y evaluación necesarios para el eficiente desarrollo de la acción educativa. Por lo tanto, para transformar la gestión de la escuela y mejorar la calidad de la educación requiere de la realización de un proceso de cambio a largo plazo que conlleve al desarrollo de nuevas prácticas, que permitan mejorar la eficacia, la equidad, la pertinencia y la relevancia de la acción educativa. Este cambio estratégico, según Ginsberg (1988) referido por Tamayo (s.f) son aquellas modificaciones en el contenido de la estrategia, es decir en los objetivos de la organización, el alcance de estos y en la estrategia competitiva. Es por ello que las instituciones educativas deben tomar en cuenta los procesos esenciales a través de la ruta estratégica, que establece las acciones a desarrollar a medio o largo plazo para alcanzar de forma óptima una meta previamente estudiada. En el caso de las instituciones educativas, Luque (2008) refiere que las mismas deben profesionalizarse, reorganizarse y redimensionarse, para así asumir de forma segura los retos; para ello, el gerente educativo se vale del proceso de planificación (definir metas), organización (diseñar las estructuras, determinación de tareas y sus procedimientos), dirección (dirigir las actividades de sus empleados, estableciendo canales de comunicación idóneos) y control (monitorear el rendimiento de la organización).

Para Pérez (2013), se puede estar totalmente seguro que en el mundo de la dirección empresarial está aceptada y compartida la idea de que los cambios sustentados en los valores conllevan a un final esperado o previsto por su integración dentro de la cultura organizacional, y por ende, en la regulación de la conducta de los trabajadores. Los valores no deberían reflejar el deseo o la expectativa de los dirigentes, sino de los principios éticos reales, actuales en base a los que se asienta la cultura de la empresa. La cultura desempeña diversas funciones dentro de una organización. Pérez (2009) expresa en primer lugar que la cultura acumula los contenidos y experiencias de una organización a través de su historia; en segundo lugar tiene un papel de definición de límites, crea diferencias entre una organización y las demás; en tercer lugar, conlleva un sentido de identidad para sus miembros; en cuarto lugar, la cultura facilita la generación del compromiso con algo más grande que el interés personal del individuo y por último mejora la estabilidad del sistema social. La interpenetración entre la cultura y la estrategia en el actuar de las organizaciones actuales son un reto para los directivos quienes deben comprender la necesidad de poner una en función de la otra, para potenciar y desarrollar, en última instancia a la organización.

La estrategia empresarial es un elemento necesario en toda empresa que busque lograr un desarrollo sostenible y un crecimiento que se pueda replicar con el paso de los años. Sordo (2021) define estrategia empresarial como el procedimiento a través del cual se plantea un método para controlar y mejorar el desarrollo de un negocio, ésta facilita el crecimiento de las empresas mediante la detección de objetivos generales, para los que después se plantean objetivos más pequeños y concentrados en los departamentos o personas adecuadas. Por lo tanto, hoy día las empresas buscan ser más eficaces, como resultado de la competencia que el mercado global establece entre ellas, de allí que sea un requisito organizacional la implementación de herramientas y estrategias para alcanzar adecuadamente los objetivos trazados, dentro de su proceso de planeación estratégica.

En este sentido, David (2008) tiene en cuenta cuatro temas principales sobre la formulación de estrategias, como son: la misión, visión y valores del negocio, la evaluación interna, la evaluación externa y por último, el análisis y elección de la estrategia. En este sentido, la misión es una declaración en la que se describe el propósito o razón de ser de la organización y la visión es lo que la organización pretende alcanzar a largo plazo. Los valores y los principios éticos constituyen la base sobre la que se asienta la cultura de la organización. Es por ello que la formulación, no concluye con el establecimiento de las metas, sino que determina de qué manera alcanzarlas a partir de la situación en la que se encuentra la organización. De este modo, David (2008) agrega que las decisiones  relacionadas con la formulación de la estrategia vinculan a una organización con productos, mercados, recursos y tecnologías específicos durante un amplio período. Una vez que se haya formulado la estrategia, se deberá proceder a su implantación y puesta en marcha, que debe resultar eficaz y debe contribuir al logro de los objetivos planteados por la empresa. Si las estrategias de una empresa están apoyadas por productos culturales como valores, creencias, retos, actitudes, historias, símbolos lenguajes y héroes, los gerentes muchas veces pueden aplicar los cambios sin problemas y con facilidad.

De no existir una cultura de apoyo, los cambios de estrategias pueden resultar nulos o incluso contra producentes. Díaz et al (2015) refieren que la cultura ofrece la explicación de las dificultades que encuentra una empresa cuando intenta cambiar el sentido de sus estrategias, explicándola de la siguiente forma:

La cultura corporativa “correcta” no solo se ha convertido en la esencia y el fundamento de la excelencia corporativa sino que además el éxito o el fracaso de las reformas que necesita la empresa radica en la excelencia de la gerencia y en su capacidad para cambiar la cultura impulso de la empresa, en su tiempo y forma, con los cambios que requieren las estrategias. (p. 13).

Es por ello necesario realizar un análisis de brechas que obliga a pensar en la situación actual, la situación deseada para el futuro, la brecha entre las dos y tu plan de acción de forma clara y estructurada. Laoyan (2022) refiere que el análisis de brechas es un proceso que se usa para comparar el desempeño real de la empresa con el desempeño deseado. Esto también permite un marco de referencia para que la gente pueda colaborar en los primeros pasos de la creación de un plan estratégico. De la misma forma, el análisis de brecha también puede usarse como una forma de analizar el rendimiento histórico, ayudar a crear planes de acción potenciales para el logro de los objetivos, identificar los puntos débiles o causas de ciertas brechas de desempeño, medir los resultados actuales. De esta manera, el análisis de brechas puede ayudar a identificar el comportamiento de la empresa, los recursos asignados, cómo fueron usados y que planes estratégicos deben aplicarse de manera más eficiente para el futuro.

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