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GESTION DEL CONOCIMIENTO APLICADA A LA EDUCACIÓN SUPERIOR

henryalan9 de Abril de 2014

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GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO: UNA NECESIDAD EN FORMACIÓN DE HABILIDADES EN ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN SUPERIOR

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Gestión es hacer que las cosas sucedan en cualquier área del conocimiento; sin embargo, cuando se dice gestión del conocimiento se está hablando de creación, transferencia, almacenamiento, aplicación y uso del conocimiento mismo; lo que se debe considerar es un elemento muy importante: el capital intelectual. En cualquier área del conocimiento, y más aún en la educación, está involucrado el capital intelectual. Desafortunadamente, hasta años muy recientes surgió la preocupación en la educación superior por la gestión del conocimiento; son pocas las instituciones de educación superior (IES) que han logrado aprovechar la riqueza de este tipo de gestión, cuando es en la educación superior en la que se gesta o se debe gestar el conocimiento. Somos humanos y una de nuestras características es que somos rutinarios. En cada curso nuevo “impartimos” los conocimientos que consideramos necesarios para la materia que estamos presentando. Aún no tenemos la costumbre de “compartir” la materia con nuestros estudiantes. Seguimos “impartiendo” los conocimientos.

Es aquí en donde se podría gestar un mayor conocimiento, ya que todos los alumnos traen consigo ciertos conocimientos sobre el tema que estamos tratando. Así, podríamos construir en cada clase, con nuevos estudiantes, conocimiento nuevo basado en el que se desarrolló en la clase pasada entre el profesor y los alumnos. Ésta es una manera de promover lo que es gestión del conocimiento en las instituciones de educación superior.

Como se ha podido ver las rutinas de análisis de información y su consecución hacen que los estudiantes se enmarquen en la lógica del menor esfuerzo generando rupturas a momento de generar procesos de búsqueda de información complejo y el mismo uso de esta información resulta contrario al nivel, que se pretenda incremente la calidad de profesionales en las distintas área del conocimiento. De esta manera se llega a formular la siguiente pregunta de investigación.

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

¿DE QUE MANERA LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO PERMITE A LOS ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN SUPERIOR GENERAR HABILIDADES DE AUTOFORMACIÓN PERTINENTES A LA NECESIDAD DE FORMAR PROFESIONALES COMPETITIVOS?

Objetivos de la monografía

Objetivo general

Caracterizar los aportes de la gestión del conocimiento con énfasis en la formación de nivel superior como aporte en la construcción de perfiles profesionales competentes.

Objetivos específicos

• Conocer las aportaciones de la gestión del conocimiento en los entornos de formación superior

• Describir las características de implementación en la educación superior

• Describir las formas de uso más adecuados en los niveles de formación superior para atender problemas comunes en la formación universitaria.

MARCO TEÓRICO

Gestión del Conocimiento

El Centro Regional de Servicios del PNUD para América Latina y el Caribe concibe la gestión de conocimiento como el eje integrador de la provisión de servicios hacia las oficinas de país y sus programas en la región. Esta función de integración se manifiesta en el apoyo técnico y metodológico para el desarrollo de marcos conceptuales en áreas temáticas estratégicas, en la sistematización y difusión de buenas prácticas, en el desarrollo de herramientas para la asistencia en políticas, la implementación de programas y el desarrollo de capacidades.

Diversas disciplinas han construido aportes y definiciones que generan visiones diferentes en torno a que se considera “gestión del conocimiento”, y qué es “conocimiento”. A pesar de esto, o quizás por esta razón, aún estamos ante un campo que genera confusión sobre su significado e implicaciones. Algunas de las definiciones que hemos recopilado coinciden en que la gestión del conocimiento está directamente relacionada con la cultura organizacional, con las dinámicas de trabajo y con el aprendizaje colectivo de las organizaciones, que la gestión del conocimiento es un proceso bidireccional (teoría - práctica) que rescata el conocimiento empírico para retroalimentar el conocimiento teórico, y que asegura la disponibilidad de que este conocimiento esté accesible para quien lo precisa, e incluso para generar nuevas demandas de conocimiento.

Gestión del conocimiento y universidad

Para comprender el concepto de “gestión del conocimiento” aplicado en la Universidad debemos reconocer que el mismo involucra por lo menos estas dimensiones: a) una teoría del conocimiento; b) una teoría de la acción; c) una teoría institucional; d) una política del conocimiento; e) una metodología para transmitir y aplicar los conocimientos. Con esta premisa estamos confrontando con aquellos que consideran a la gestión del conocimiento como algo meramente instrumental (gestión informática, por ejemplo) o meramente gerencial (mejorar el aprovechamiento de los recursos humanos) o meramente “cognitivo”. Intentamos demostrar que la gestión universitaria requiere en la actualidad una visión compleja de los factores en juego.

El concepto de “gestión del conocimiento” tiene como origen las prácticas organizacionales de empresas que en las últimas décadas parten del supuesto que la competitividad depende del mejor uso del capital intelectual de los miembros de la empresa y de los sistemas de información. A partir de este supuesto surgen enfoques para trabajar con la valorización del potencial intelectual de los empleados y con el desarrollo de sistemas de la información. Estas dos orientaciones suelen bifurcarse como caminos separados.

En el ámbito universitario nos encontramos con una organización donde el conocimiento no es un medio sino un fin. La universidad produce nuevos conocimientos (investigación), forma profesionales y transfiere saberes científicos o técnicos para resolver problemas de la sociedad. Además, la organización universitaria divide los saberes de acuerdo a criterios teóricos o profesionales y se somete a evaluaciones institucionales, científicas y técnicas para acreditar la transmisión de conocimientos.

La enseñanza superior trabaja con una teoría del conocimiento implícita: aquella que acepta que en cada disciplina o carrera se apliquen “modelos de conocimiento” diferentes. Esto vale entre las diferentes disciplinas pero también al interior de un mismo campo disciplinario. La enseñanza de la matemática, por ejemplo, puede asumir un enfoque racionalista , materialista o culturalista, ya sea que considere las matemáticas como normas lógicas reveladas por la razón humana, como representaciones de la realidad o como invenciones de la cultura humana. En la carrera de Filosofía se puede adoptar un currículo historicista, o marxista, o idealista o pragmatista, etc. En las “universidades libres” que respetan la autonomía intelectual de los profesores, coexisten teorías del conocimiento diversas.

En cualquier caso, siempre aparecen “tendencias dominantes”. El “realismo” y el “positivismo” parecen “adecuados” en carreras como Física, Química o Ingeniería. El racionalismo siempre acompaña a la carrera de Derecho aunque esta pueda tener orientaciones sociológicas o políticas. La Filosofía supone por definición un interés por las interpretaciones, o sea, por la hermeneútica, por el sentido de las cosas, sin desmedro de la variedad de enfoques que pueden reinar en este campo.

Exagerando esta diversidad podríamos conceder que nos encontramos ante un “anarquismo epistemológico” de hecho. Burton Clark al reconocer la coexistencia de teorías contrastantes en la base de la enseñanza universitaria reconoce la imposibilidad de fines teóricos comunes. También reconoce la validez del concepto de “anarquía organizada” aplicado a la universidad.

Ahora bien, la diversidad de enfoques ni es una anomalía frente a un supuesto modelo unificado del conocimiento (como lo han sostenido distintas teorías), ni es un avatar del relativismo, ni es la consecuencia “natural” del anarquismo epistemológico que subyace en la vida académica. Para superar las tentaciones “univocistas”, “relativistas” y “anarquistas” deberíamos probar que los procesos del conocimiento nos remiten a la intervención de múltiples factores que justifican la pertinencia de un enfoque “multirreferencial”.

Asimismo, deberíamos probar que la diversidad y el pluralismo no son incompatibles con la existencia de criterios específicos para justificar la validez de las teorías subyacentes en las distintas disciplinas universitarias. La multirreferencialidad y el pluralismo epistemológico constituyen características que destaca Edgar Morin en su teoría de la complejidad y que comparten muchos filósofos y epistemólogos contemporáneos.

Multirreferencialidad

El realismo de Aristóteles dominó durante más de mil años en el pensamiento occidental y árabe. Muchos declaran aún que todo conocimiento comienza en la realidad o representa la realidad. El problema es que actualmente no hay acuerdos sobre lo que significa “la realidad”. Hilary Putnam habla de “las mil caras del realismo”. En Física no se puede afirmar que observamos “la realidad” más bien tenemos que afirmar que disponemos de teorías atómicas, energéticas y otras para observar los fenómenos materiales. En

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