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Resumen .Dora Barrancos: Mujeres en la Sociedad Argentina; una historia de cinco siglos. Capítulo 1.


Enviado por   •  20 de Abril de 2018  •  Apuntes  •  2.666 Palabras (11 Páginas)  •  1.510 Visitas

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Resumen .Dora Barrancos: Mujeres en la Sociedad Argentina; una historia de cinco siglos. Capítulo 1.

Se sabe poco de la participación de la mujer fuera del ámbito de hogar, salvo algunos que otros sucesos dentro de las civilizaciones precolombinas; no se puede sacar conclusión a través de lo que se conoce de su pasado, si bien se sostienen costumbres a través del tiempo, debido a su dominio y fuerte influjo que irradió a otras sociedades aborígenes.

En la parte religiosa, a pesar de la existencia de una veneración a una mujer la Pachamama, no pueden asimilarse a las modalidades de trato corriente y cotidiano con las mujeres, se marcaba la discriminación por status y sexo. Por lo tanto la idea de igualdad social y sexual debe desecharse. En las sociedades había status donde las mujeres eran prendas de arreglo resultados de armisticios o medios para prevenir conflictos con otros pueblos. No se consultaba opinión alguna de ellas. En las instituciones incas se permitía cierto grado de participación femenina sobre todo en la parte mítica (mujeres hechiceras), además se sacrificaban como parte de ritos para un fin durante el siglo XVII y XVII.

Una de las condiciones para participar en esto era ser virgen y el perderla implicaba la muerte tanto para la mujer como para el hombre que lo provocaba. Las edades de las vírgenes marcaban diferentes obligaciones y actividades estéticas y trabajos vinculados con el Inca. La división estamental obedecía a tareas de designio estamental. Dentro de la sociedad había tareas vinculadas a ambos sexos. En definitiva en ningún caso sobresalía el status de mujer.

La patrilinealidad y matrilinealidad coexistían, lo que debe interpretarse como la posibilidad que se tenía que adquirir el linaje materno, en verdad no existieron sociedades matriarcales como se llegó a sostener desde mediado del siglo XIX salvo tal vez muy puntuales excepciones y ninguna de estas en América del sur. En las comunidades mapuches en cuestiones de apareamiento fueron endogámicas salvo en consabido “intercambio de mujeres” la receta esencial para concretar lazos de armisticio entre grupos diferentes. Por otro lado la tierra mapuche se había organizado con un sistema de autoridad basado en la existencia de linaje a los que pertenecían caciques y capitanejos que señoreaban las poblaciones. En sus tradiciones sacramentales las mujeres ocupaban un lugar de gran significado para conjurar maleficios y reequilibrar las fuerzas trascendentales. El travestismo femenino, esto es la operación de trocar el género, ha sido una conducta largamente experimentada en esa comunidad. La macha, que es la figura central en el oficio chamánico, por lo general es mujer o se viste “como mujer”. De igual manera el travestismo masculino ha sido conocido entre el pueblo mapuche, diversas mujeres adquirieron estereotipo de hombre, sobre todo para guerrear.

Las mujeres podían influir pero no determinar las orientaciones de poder. Las mujeres tenían participación en menesteres que no solo se destinaban a resolver las necesidades domesticas; no eran ellas las que negociaban a la hora de vender. Otra costumbre era ofrecer las vírgenes a huéspedes que llegaban los cuales en algunos casos pasaban a convivir con ella.

Con la conquista, su desorganización fue alterada, la asimilación de promiscuidad habitual y con el ejercicio de la prostitución fue moneda corriente, sancionada con la codificación apenas cabía aplicarse a la supérstite cultura mapuche.

Una protagonista fue Leonarda quien lidero un grupo mapuche en Yapeyú, donde tiempo más tarde la confinaron a la banda oriental.

En los guaranies, las mujeres eran las encargadas de todo, la casa, el campo, el sometimiento sexual era moneda corriente era el modo de coexistir, el origen del mestizaje se sentaba en la violencia.

GENERO EN LA VIDA COLONIAL:

En la corona española los principios familiares se basaban en la monogamia bajo potestad patriarcal; el flujo de españolas se hizo más fuerte en la segunda mitad del siglo XVI pero en el siguiente, puesto que habían mas números de mestizas y la economía de la sexualidad, el orden de linaje y expectativas de acumulación de bienes y reconocimiento podía prescindir de las autenticas mujeres peninsulares. Sin embargo, aun usufructuando un régimen de mayor reconocimiento social, las esposas de los altos funcionarios no ocupaban el mismo lugar del marido en las ceremonias civiles o religiosas, además las discrecionalidad moral de sus conyugues. En si las características de las mujeres casadas eran sumamente fieles pero no había tentaciones posibles que las hiciere faltar a sus deberes.

Los primeros conquistadores recibieron mujeres del más alto linaje aborigen, procreándose los primeros mestizos y que a menudo los cedían a subalternos; la cercanía o lejanía de raza blanca, que se consideraba a sí misma como la casta superior, denotaba el color de las inclusiones y de las exclusiones. No era necesario se hidalgo para constituir la casa principal donde nacían los hijos legítimos, y mantener dominios periféricos, en el que habitaban las concubinas que cargaban con un enorme número de hijos. La intimidad sexual de los varones en la Península tampoco se restringía a tratos con una única y proba, cónyuge. El sistema de concubinato no solo era moneda corriente sino que había sido reconocido por las normativas de las siete partidas una suerte de codificación surgida en el siglo XIII. Las costumbres poco tuvieron que ver con estas disposiciones y la paternidad transcurrida entre lo legal y lo ilegal.

Por otro lado, pesar de todo, estaba prohibido mezclar la sangre de origen moro, judío y aborigen y se alterara así la pureza blanca y cristiana, aunque no debe pensarse que hubiera un control estricto sobre los sectores más pobres de la sociedad para matrimoniarse adecuadamente. Se debe decir que quienes compartían paternalidad con negras esclavas tomaban la iniciativa de liberarlas, así también lograban zafar de la esclavitud; cabe decir que dentro de estas relaciones con las descendencias constituyen una gran construcción que fue a los cambios sociales, económicos y culturales, que se ensancho la expectativa de sobrevivencia de la infancia.

ESPAÑOLES EN EL NUEVO MUNDO: PERFILES CONTRAPUESTOS.

Las primeras españolas que llegaron al territorio fueron en la expedición de Pedro de Mendoza en 1536, entre ella esta Isabel de Guevara, quien en esa época fue protagonista importante dado que la hambruna y las enfermedades que castigaban a la sociedad y eran las mujeres las que se hacían cargo de todas las tareas que involucraban a los hombres puesto que estos estaban muy enfermos. Éstas dirigían

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