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Hacia Una Didactica De Lo Grupal . Cap. 10


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2012  •  3.055 Palabras (13 Páginas)  •  827 Visitas

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Hacia una didáctica de lo grupal

Por

Marta Souto.

Miño y Dávila

Editores.

Buenos Aires.

Primera edición:

1993.

Este material es de

uso exclusivamente

didáctico.

De las instituciones, los grupos y los docentes1

1. Himenópteros universitarios.

Un curioso, un crítico, un disconforme y un aburrido asistieron a mi curso. Y sólo les di la espalda para anotar mis fórmulas en la pizarra. Luego, en casa, mi mujer me llamó la atención sobre cuatro extraños aguijones que palpó detrás de mi cuello.

2. Buenas intenciones.

Desea hacer un cambio. Inventar algo. Tener una ilusión. Tal vez, para no aburrirse.

3. Dolencia de una pasión.

Y su potencia se consume sin recepción. Desperdiciada. El hastío deja sabor de derrota. Enseñar sin ganas causa sufrimiento. El tedio es un sentimiento privilegiado para el análisis de los padecimientos docentes.

4. La obligación.

Quiero conocerlos. Escuchar a mis alumnos. Pero ellos rara vez hablan y yo tengo que cumplir con el programa. Cumplir con el programa es un reflejo práctico. Tener una obligación me salva de la ausencia de sentido.

5. Contra reloj (primera parte).

El cronómetro institucional es un reloj de exactitud burocrática y administrativa. Afectado por paros y atrasos irreparables. Mientras los tiempos del aprendizaje, los tiempos del saber y los tiempos

grupales son inexactos. Porque las subjetividades son irregulares y caprichosas. Porque el orden de la subjetividad es irregular y caprichoso.

6. Estar caprichoso.

Se dice que no hay que ceder a los caprichos. Y que el caprichoso no sabe lo que quiere. Y que necesita límites. Y se dice que los adultos se sienten presionados. Y que tienen frágil la paciencia. Y, también, se dice que el capricho es un llamado. Una urgencia que no sabe que es urgencia de amor.

1 El autor reconoce en muchos de los textos de este capítulo y el siguiente las voces de un grupo de docentes (trabajadores de la educación y la salud) de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

7. Lo hacen por amor.

El amor obra en todos los requiebros de la vida social. Y la relación de aprendizaje participa del misterio del amor. Y ese misterio no se explica. Amor, deseo y saber hacen proximidad. Traman vinculación. Y en la intimidad de esa relación, el pensamiento balbucea.

8. Lo hacen por otra cosa.

El interés obra en todos los requiebros de la vida social. Y la relación de aprendizaje participa de algún interés. Obra para alcanzar una acreditación. Para obtener prestigio y reconocimiento. Por la fuerza de los disciplinamientos sociales y las amenazas institucionales. Por la promesa de ganar dinero. Y por la urgencia de una distinción.

9. Dominio sin poder.

No consigue que lo aplaudan, lo quieran, lo respeten y le profesen una admiración superior. Ellos no se sienten cautivados por sus enseñanzas, y escapan de su ganada autoridad con desdén, indiferencia, silencio y otras habilidades aprendidas. Domina la situación en el aula pero no tiene poder sobre la intangible pasión de los estudiantes.

10. El poder de una insistencia.

Se dice que si no hay deseo de saber, todos los métodos imaginados para provocarlo o motivarlo son inútiles. Y, entonces, se dice sobre el deseo lo que desde hace años se dice sobre el deseo: de sus secretas fuentes libidinales; y de sus sospechadas vinculaciones con la falta, el goce, la ley, el amor, la demanda, la alienación, el malestar, la sugestión, la transferencia y el ideal. Y se dice que es inútil pretender dominar, intimidar, controlar, vigilar. Porque el deseo es una pasión ingobernable. También se dice que el aburrimiento, la apatía y el desinterés son afecciones que dependen de las condiciones políticas, institucionales y económicas de la sociedad en que vivimos.

11. El desinterés de los alumnos.

El desinteresado se desentiende. Quiero decir: no puede entender qué pace entre sus compañeros y con esos profesores, en ese edificio. Y mira los destinos familiares sin entender. Y tampoco entiende este país, ni sus políticos y su economía. Hace tiempo que renunció a entender el mundo en el que vive. Pero, el desinteresado no es sonso: conserva el miedo a la policía y a la miseria.

12. Para alcanzar ese éxito.

No sólo importa la sensibilidad de la razón y el valor de los conocimientos; es imprescindible la adquisición de las destrezas que regulan la vida social. Saber hacer relaciones públicas y adquirir un repertorio de automatismos que moderen la emoción. Siempre imprevisible. ¿Podría dar un ejemplo? Sí, mire usted: no es necesario estar enamorado para llevar un matrimonio sin problemas. Es más, la pasión amorosa suele ser un inconveniente-

13. Orientación bibliográfica.

Se puede leer apurado para cumplir con una obligación. Y se puede leer urgido por encontrar algo que se busca saber. La aventura del lector es una historia de amor. Leer es desvelarse por una pasión. De lo contrario, el que lee anda dormido con los ojos abiertos.

14. El examen.

Preguntan: "¿Qué piensa la cátedra sobre el martes trece? ¿Ustedes dicen que pasar por debajo de una escalera da mala suerte? A mí me dijeron que piden que cada uno se consiga un gato negro para rendir el final". Tratan de alcanzar un pequeño éxito. Preparar un examen es evitar la fatalidad de no saber lo que te van a pedir.

15. Selección.

No hay lugar para todos quiere decir que algunos estamos de más; y estar entre los que sobran es no ser necesarios o, mejor dicho, sólo ser necesario para estar entre los innecesarios.

16. Meterse a redentor.

Rescatar a los cautivos en la indiferencia, la pasividad y la incooperación. Poner fin al sometimiento. Y encender alguna inquietud en sus almas.

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