Tema de Abriendo Caminos a la Inclusión y la discapacidad Intelectual dentro del Aula.

Abriendo Caminos a la Inclusión y la discapacidad Intelectual dentro del Aula

“El reto de lograr una educación inclusiva  surge

cuando se toma en cuenta los diversos factores  

que inciden en la condición del estudiante y del

profesor como parte de un conjunto de actores  

que conforman la Escuela”.

                                                                  UNESCO-UNICEF-ONU

Elizabeth Peláez Pinzón

Sandra Milena Vargas Cuervo

Universidad Gran Colombia, Facultad de Educación

Maestría en Educación 9 cohorte.

Noviembre 25 de 2015

Bogotá-Colombia

Cuando nos encontramos en el aula  frente a  estudiantes con discapacidad intelectual, hace que se  reflexione en gran medida sobre el  quehacer pedagógico, pues muchas veces los docentes no están preparados o capacitados para enfrentar este tipo de población. En este contexto  se pretende inicialmente  conceptualizar los términos  de  discapacidad intelectual, la inclusión desde el campo educativo y por supuesto la mediación pedagógica como los tres ejes fundamentales para reflexionar y dar algunas orientaciones que mejoren en alguna medida  la auto- eficiencia de los docentes con este tipo de población.

La evolución de la discapacidad se inicia en los orígenes de la humanidad, y como se dice  anteriormente su comprensión y manejo han variado significativamente hasta el día de hoy. Su  concepto  ha tenido numerosas interpretaciones a lo largo del tiempo, desde los tiempos antiguos, en Grecia y Roma, la  Edad Media, para llegar a la Era Moderna, hasta los siglos XVIII, XIX Y XX. Este marco histórico  de discapacidad por supuesto trata los distintos grupos de discapacitados, es decir personas sordas, personas con limitación visual, personas con limitaciones cognitivas. Esta pequeña reconstrucción histórica se hace porque a través del tiempo se ha hecho una gran clasificación: las discapacidades sensoriales, físicas y mentales.

El concepto de la discapacidad es el resultado de variables demográficas, religiosas, científicas, técnicas, sociales, etc. que influyen sobre lo que han sido las respuestas del estado o de los estados ante las necesidades de esta población. Si  se  hace un relato desde la Era Antigua, por ejemplo, la discapacidad se consideraba como la manifestación de una divinidad, es decir los niños con discapacidad en esta época eran un castigo de los dioses a sus padres. Sin embargo, a medida que avanza la presencia de estas personas, se empiezan a generar sentimientos de solidaridad en la Edad Media puesto que la concepción religiosa se consolida, además comienza la institucionalización (hospicios, albergues, etc.). En el siglo XVII se creó el primer modelo de atención a las necesidades de personas con discapacidad. En el siglo XVIII se dieron importantes avances científicos y se empiezan a promulgar diferentes políticas para estas personas. En los siguientes siglos la institucionalización sería la tendencia.

En Colombia la información sobre la historia de las personas con discapacidad es muy escasa, y las referencias que se conocen son de siglo XX, reportada por la Fundación Saldarriaga Concha, precursora de la rehabilitación el país MORENO, M. (2011)

Para hacer una aproximación a la discapacidad intelectual o cognitiva, debemos reconocer los términos que se han utilizado a lo largo del tiempo para referirse a estas personas: insuficiencia mental, minusvalía psíquica, deficiencia mental, subnormalidad, anormalidad, debilidad mental, etc. Todos llevan negatividad y se refiere a las limitaciones o carencias, lo que hace que una persona tenga posibilidades., afirma Amor (2007):

La discapacidad intelectual no es algo que se tiene, como los ojos azules o                     un corazón frágil. Tampoco es algo que se es, como ser bajo o delgado. No es un trastorno médico, aunque se hay codificado en una clasificación médica de las enfermedades. Tampoco es un trastorno mental aunque se haya incluido en una clasificación de los trastornos psiquiátricos.

 La Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo, AAIDD, (anteriormente denominada Asociación sobre Retraso Mental, AAMR), ha realizado desde 1876 diferentes estudios sobre la comprensión, definición y clasificación  en el campo de la discapacidad cognitiva o discapacidad  intelectual. Su última edición, manual Intellectual disability: definition, classification, and systems of supports,  el cual fue publicado en el año 2010, hace una revisión de los anteriores manuales de 1992 y el 2002. Su traducción fue realizada por el Instituto Universitario de Integración en la Comunidad bajo el título Discapacidad Intelectual: definición, clasificación y sistemas de apoyo, trabajo realizado en el año 2011 por el autor español Miguel Angel Verdugo.

Los planteamientos del manual se enfocan  en replantear un nuevo concepto de discapacidad intelectual o cognitiva para mejorar la calidad de vida de las personas en estas condiciones. Es así como la definición oficial de la  AAID sobre discapacidad intelectual habla sobre  caracterización  por limitaciones significativas en funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa, así como expresada en las habilidades conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años de edad. Ruiz (2009).

El primer paso para evaluar una persona con DI es la clasificación, la cual se ha de realizar por personas altamente calificadas. La discapacidad intelectual puede comprenderse a partir de multidimensionalidad de la inteligencia y los constructos de la conducta adaptativa. Shalock y Luckasson (2004). La clasificación más generalizada y adoptadas todavía hoy en la práctica es la que se basa en el cociente intelectual (CI), por lo tanto aparecen los siguientes grupos de discapacidad  intelectual:

1. Profunda (CI inferior a 20 o 25). La mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad neurológica identificada que explica su discapacidad intelectual. Son sujetos que requieren un constante cuidado y supervisión durante toda su vida. Su coordinación física y si desarrollo sensorial están interrumpidos en un grado elevado y habitualmente, presentan importantes defectos físicos.
2. Grave (CI entre 20/25 y 35/40). Estas personas evidencian un retraso marcado en su destreza física y desarrollo sensorial, con notables dificultades para su comunicación.
3. Modera (CI entre   35/40 y 50 /55).  Son individuos capaces de adquirir habilidades de comunicación, de aprender a cuidar de sí mismos con escasa supervisión, de aprovechar una formación laborar y trabajar (casi siempre en un ambiente protegido). Puede aprender a trasladarse independientemente por lugares que les son familiares. Se adaptan bien a la vida en comunidad, usualmente en instituciones con supervisión.
4. Leve 8 (CI entre 50/55 y 70).Suelen desarrollar habilidades sociales y de comunicación durante los años preescolares, tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensorio motoras y son frecuencia no son  distinguibles de otros niños sin DI hasta edades posteriores. Durante los últimos años de su  adolescencia pueden adquirir conocimientos académicos que les sitúan aproximadamente en un sexto curso de enseñanza básica. Pueden llegar a trabajar en empleos competitivos y alcanzar una vida independiente, siempre que les prepare y ayude a ello, especialmente en situaciones de estrés.

Se considera que CI no es más que un dato dentro del conglomerado que constituyen las demás posibilidades y circunstancias de la persona con discapacidad intelectual. No sólo eso, una evaluación válida ha de tener en cuenta la diversidad cultural y lingüística entre sociedades y dentro de una misma sociedad, entre grupos y clases sociales. Amor (2013) pág. ,38

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