Vida En Las Aulas
obal1324 de Septiembre de 2013
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Introducción
JACKSON llega a prestar una gran atención a los comentarios que realizan los profesores acerca de su propio trabajo como profesionales y a todo lo que sucede en realidad en el interior de las aulas. Esto le permite advertir que la enseñanza es una actividad mucho más compleja de lo que la mayoría de las personas acostumbran a pensar. Su preocupación fundamental radica en comprender y describir los procesos mentales y las concepciones implícitas que poseen los docentes acerca de qué es la enseñanza. La importancia de este libro queda constatada al ser una de las obras que más se citan en todos los trabajos publicados en los últimos años; es una referencia obligada para toda persona que se interese por la práctica escolar; asi pues refleja lo que día a día acontece en el interior de los centros escolares. Para ello, realiza investigaciones de tipo etnográfico en las que abundan las observaciones intensivas de las actividades e interacciones de alumnado y profesorado y la realización de numerosas entrevistas y discusiones con los participantes. Entre las aportaciones más decisivas que nos brinda este autor es que, es él quien por primera vez utiliza el concepto "currículum oculto", término que hace referencia al significado latente de los contenidos, tareas e interacciones escolares, y quien establece la distinción entre las fases pre-activa e interactiva de la enseñanza.
“La experiencia cotidiana y monótona”
La vida en las aulas como una experiencia cotidiana y monótona que involucra la vida de innumerables personas, carente de significado en algunos casos, pero que está caracterizada por una serie de cosas que nos ayudan a comprender la forma en que los alumnos sienten la experiencia escolar y la abordan.
Cosas que se esconden en el arreglo físico de las aulas, haciéndolas más familiares, más interesantes o llamativas, pero que mantienen la estabilidad ritual y repetitiva en la cantidad de pupitres, escritorios, olores, en las mismas actividades y hasta en la forma social de ver todos los días al mismo profesor y al mismo grupo de alumnos.
Es, en este contexto, donde se desarrolla gran parte de la vida de los alumnos y se construyen dinámicas que permitan alcanzar los objetivos propuestos institucionalmente además de equilibrar los conflictos con los propios deseos. Es allí donde nos encontramos con tres hechos vitales de la vida escolar: masa, elogio y poder.
La primera se resume en la siguiente frase: “Lo importante no es sólo lo que hacemos, sino lo que otros piensan que realizamos”[1]. La mayor parte de las actividades realizadas en la escuela se hacen con otros, o al menos, en presencia de otros y esto tiene profundas consecuencias para la determinación de la vida de un alumno. Requiere una adaptación del estudiante a vivir bajo la condición constante de que sus palabras y acciones serán evaluadas por otros. Adaptación que le ayudará a superar, también las interminables colas invisibles producto del mismo hacinamiento, los rechazos y las interrupciones bruscas por parte del profesor y/o compañeros. El alumno tendrá, en palabras de Jackson, que “aprender a estar solo en el seno de una masa”.
El poder es una variable que poco se menciona en la relación docente - alumno, pero que está fuertemente marcada en cada tarea que se realiza (de hecho, el profesor es el primer “jefe” de los niños), dado que los estudiantes aprender a manejarse con estas reglas de juego: libertad, privilegio y responsabilidad. Acomodarse en esta estructura de poder no es una tarea sencilla que debe asumir el infante, es parte de la “educación para la vida”, efectivamente ya que las estructuras de poder en el aula son similares a las que encontrará en su vida de adulto.
Los elogios forman parte de estas reglas y permiten negociar, en muchos casos, las
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