El curriculum como espacio de construccion de trayectorias escolares

EL CURRICULUM COMO ESPACIO DE CONSTRUCCION DE TRAYECTORIAS ESCOLARES

NuÑeZ María del Carmen

RESUMEN:

La nueva ley de Educación Nacional, 26.206, ha incorporado muchos cambios con respecto a la Ley Federal de Educación. Uno de estos cambios es la obligatoriedad de la escuela secundaria, para todos los habitantes de la Argentina. Esto, por supuesto, ha traídos muchos desafíos, a la hora de implementar políticas para la universalización de la educación secundaria y, su principal objetivo, la inclusión educativa de todos los sectores de la sociedad.  Uno de los desafíos que la ley plantea, es el ingreso, permanencia y egreso del nivel, al conjunto de la población, y por este motivo, el Estado y el Sistema Educativo deben implementar diferentes políticas que garanticen el derecho a la educación. Seguido a esto, debe garantizar las trayectorias escolares continuas y completas.

Para que se haga efectivo esto, no solo se debe mejorar el sistema escolar, sino que también se deben revisar y cuestionar aquellos dispositivos, prácticas y herramientas clásicas de las políticas públicas. Una de estas herramientas en cuestión, es el currículo.

El currículo, que no solo es un documento, sino lo que efectivamente se enseña y aprende, dentro de un ámbito, en este caso, una escuela, asume a la educación como un derecho y para que esto se cumpla, debe poner en el centro del debate, los procesos de enseñanza y aprendizaje1, con el fin de garantizar las trayectorias escolares.    

INTRODUCCION

La Ley de Educación Nacional (LEN de aquí en adelante) 26.206, reconoce principalmente, a la educación como un derecho, personal y social, y como un bien público; es decir que asume al Estado Nacional, y a las provincias, pero también al conjunto de la sociedad como responsables de garantizar y cumplir este derecho. El estado, además toma a la educación, como política educativa, por lo que se compromete a desplegar políticas de Financiamiento del Sistema Educativo (Ley 26.075), como infraestructura, Formación docente, Programas para estudiantes, etc.

Uno de los cambios más profundos que implementa la LEN, es la extensión de la obligatoriedad de la escuela secundaria; a diferencia de la Ley Federal de Educación (24.195), la cual era obligatoria desde la edad de 5 años (Nivel Inicial) hasta 9° año de la Enseñanza General Básica (EGB). Es decir, un total de 10 años.  En la LEN, la obligatoriedad se extiende desde los 5 años, hasta la finalización del Nivel de la Educación Secundaria, un total de 13 años. (Art. 16 y 29 de la LEN).

Este mandato, coloca al Sistema Educativo, frente a grandes desafíos, ya que la escuela secundaria debe garantizar una educación de calidad y de alcance universal. Uno de los mayores desafíos planteados es el de asegurar el ingreso, permanencia y egreso del nivel de todos los estudiantes.

Pero, además, el documento Lineamientos Políticos y estratégicos de la Educación Secundaria Obligatoria, dice que el derecho a la educación no solo debe limitarse al ingreso, permanencia y egreso, sino que también a construir una trayectoria escolar relevante y significativo, en un ambiente de cuidado y confianza en sus posibilidades (Ins. 30). Esto es, recuperar la visibilidad del alumno como sujeto de derecho, es decir como actor social, protagonista de un presente-futuro de una sociedad y de un proyecto de vida.

Esta visibilidad del alumno, de recuperar al sujeto capaz de accionar y transformar su entorno, hacen al docente y a la institución, responsables de sus trayectorias escolares.

“La secundaria actual, propone una única trayectoria. Quienes no la transiten con éxito, tienen que rehacerla, repetirá o rendir en condición de libres, lo que constituye una alternativa difícil para los alumnos y sus familias. Hacer efectivo el derecho a la educación implica generar las condiciones que promuevan en los estudiantes trayectorias continuas y exitosas. Esto implica ofrecer nuevas y variadas oportunidades de aprendizaje y diseñar diferentes trayectos atendiendo a los estilos, ritmos, necesidades e intereses del alumno.” (Ins. 82 del documento Orientaciones para la Organización Pedagógica e Institucional de la Educación Secundaria Obligatoria).

Es decir, para garantizar los trayectos escolares continuas y completas, no solo se debe mejorar el sistema educativo, sino que se deben revisar y cuestionar las diferentes herramientas, practicas, métodos y dispositivos utilizados en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Uno de estos dispositivos a analizar es el currículo. Terigi, en un estudio de las trayectorias escolares incorpora el concepto de  currículo único2. El curriculum único surge como una política homogeneizadora (además de la escuela común y un aula estándar) del sistema educativo, para instituir una educación común. Esto es, donde la consecución de unas finalidades formativas que son las mismas para todos quienes asisten a la escuela y la abstención de producir diferenciaciones en las propuestas formativas que generen recorridos irreversibles3. (Terigi, 2008).

Dentro de la LEN, el art. 11, declara fines y objetivos de la política educativa, como, por ejemplo, una educación de calidad, integral, ciudadana comprometida con los valores éticos y democráticos, inclusiva y democrática, etc. Esto significa cambios pedagógicos, institucionales y organizativos, que permitan la democratización de los conocimientos y del saber, reconocer las diferentes historias y trayectorias, oportunidades culturales y generar espacios de saberes significativos. Por esto y otras razones es importante pensar al currículo más que planes de estudios, asignaturas, cargas horarias, forma de trabajo y manera de evaluar.

Es pensar el curriculum como un espacio para generar oportunidades, que prevean alternativas para la formación de trayectorias, para reflexionar, desarrollar estrategias y habilidades que le permitan desenvolverse al sujeto, dentro de una sociedad, y actuar en ella. Para esto es necesario crear estrategias para que acompañen y fortalezcan las trayectorias escolares. 

Entonces, surge aquí el debate de cómo construir trayectorias escolares, desde el campo del currículo. Para llegar a esta instancia, primero es necesario definir trayectorias escolares y curriculum.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de trayectoria escolar?

Hace referencia al recorrido que hace un sujeto en el sistema educativo, pero no solo con lo que sucede dentro de la escuela, sino también lo que pasa por fuera de ella. Es el transito durante su escolarización.

El “documento preliminar para la discusión sobre la educación secundaria en Argentina” lo define “como el recorrido personal a transitar el continuo de los niveles y ciclos de la estructura educativa, que produce a su vez, consecuencias cognitivas, legales, afectivas y socioeconómicas.”

Terigi, hace una distinción entre trayectorias escolares teóricas y trayectorias escolares reales. Las primeras hacen referencia a un seguimiento de la progresión lineal previstas por el sistema educativo, en los tiempos marcados por una periodización estándar; es decir el sistema crea un “ideal” de lo que espera de un alumno en su trayectoria (itinerarios previstos por el sistema) y todas las herramientas, dispositivos y practicas están orientadas a generar este “sujeto ideal”. Tres rasgos caracterizan la estructuración de las trayectorias teóricas: la organización del sistema por niveles, la gradualidad del currículo, la anualización de los grados de instrucción.

Las trayectorias reales se refieren a las verdaderas formas y modos que los jóvenes transitan su escolarización (itinerarios situados), y que la mayoría de las veces se contradicen con las trayectorias teóricas.

Esto es porque el sistema educativo propone una única manera de transitar la escuela, expone una forma estandarizada de modelo único de ciudadano, ya que el objetivo final de la educación era lograr la igualdad “homogeneizadora” mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje con métodos únicos, mismos contenidos, mismos modelos de docente, sin tener en cuenta la gran diversidad y heterogeneidad de los sujetos y de sus condiciones personales de los que provienen los sujetos. Como consecuencias para aquellos alumnos que no se adaptaban a este “ideal estandarizado”, quedaban excluidos del sistema escolar (fracaso escolar).

En este sentido la LEN ha incorporado la idea de “inclusión educativa” y derecho a la educación. Lo que además hay una transición el de considerar el fracaso escolar como algo individual, a considerarlo como parte de todo el sistema educativo y del Estado.

El término inclusión educativa, se incorpora para reemplazar la idea de “prevención de fracaso escolar”, y hace referencia en buscar todas alternativas posibles para que todos y todas tengan el derecho de acceder a una educación, teniendo en cuenta las condiciones variables de cada sujeto, para que nadie quede excluido.

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