La Practica Docente

La tarea de nosotros como docentes, no es solamente pararse frente a un cierto número de alumnos y exponer una clase, implica mucho más que eso. Una serie de investigaciones que nos siguen detrás para poder llevar a cabo nuestra práctica docente, y así fortalecer y reflexionar nuestro quehacer pedagógico.

Son la observación participante y el diario de campo nuestros principales auxiliares para la investigación, ya que nos permite adentrarnos y conocer más de manera detallada la realidad.

El mes de septiembre del 2011, inicie mi práctica frente a grupo, con pequeños de 3er. Año de preescolar, mi primera impresión fue de inseguridad al sentir que los niños rebasarían mis conocimientos y no saber que alternativas implementar en caso de que algo inesperado sucediera, Como dice Lombardo Radice: “Los alumnos deben ser considerados en sus respectivas vidas, por todas sus manifestaciones”, es decir que el conocimiento de los niños es conforme al entorno en que viven, sus hábitos, costumbres, tradiciones, y lo que aprende en la escuela, aprende de sus experiencias y de las de los otros que observa, es por eso que debemos tener la capacidad de comprender estos factores, ya que nos permiten encontrar la solución de los problemas educativos; supongo que ese sentimiento fue normal, porque algunos de mis compañeros lo compartieron conmigo, así que fue una experiencia muy importante, no solo para afianzar mis conocimientos como docente, si no también para fortalecer en mi, la vocación que se necesita para ser un buen docente.

Es cierto que en nuestra vida cotidiana la observación es, por decirlo de algún modo, el procedimiento que utilizamos ordinariamente para adquirir conocimientos, pero rara vez lo hacemos metódicamente. Sin una diferencia de naturaleza, aunque sí de intencionalidad y forma, se ha ido desarrollando la técnica de observación como un instrumento para la recopilación de datos e información.

En la docencia la observación se emplea como un método de investigación, Por ello tengo como labor llevar a cabo una observación, puede ser participante o no participante y plasmar lo observado un diario de campo, “son elementos empleados para el éxito de la investigación educativa” (Boris, Gerson, perfiles educativos, México, No. 5, julio-septiembre. 3-22). El diario de campo resulta una fuente valiosa para llegar a los objetivos deseados, o para renovar la práctica, retroalimentando mis experiencias educativas, es como el cuaderno de navegación donde se registra todo aquello capaz de ser interpretado como hecho significativo en el proceso de investigación en el aula, así ha de ser considerado, en primer lugar como una herramienta para coordinar mis experiencias, de ahí su utilidad como registro de información necesaria para la elaboración y análisis de resultados, “en el diario de campo puede verse el afuera filtrado a través de la mirada del adentro” (Fernando Vásquez Rodríguez, investigando) Con ese propósito lo realizo día a día, este tiene una estructura y tomo en cuenta los siguientes criterios: nombre del observador, lugar, hora, fecha, cuidad, y temática, en el describo lo que observo en el caso de la observación no participante y las vivencias en el caso de la observación participante, el proceso narrativo debe ser original y autónomo. Ejemplo < el niño observando, para referirse a una rueda de carro (llanta) dice luna, tiempo mas tarde le dan una pelota o un balón y también lo refiere como luna>, para después interpretarlo, analizando los elementos que me arroja la descripción, puedo utilizar la categoría de análisis. Ejemplo < se observa que por la edad del niño de 4 años, desarrolla una misma identificación para varios objetos,

...